La operación de recompra del 91% de los bonos soberanos “ilegítmos” fue considerada un éxito por gobierno y analistas.
Al final de cuentas, Ecuador logró hacerse con la casi totalidad de los bonos soberanos con vencimiento 2012 y 2030, los mismos que el gobierno había declarado “ilegítimos” o “ilegales”. El gobierno pagó 35 centavos por cada dólar de principal. Antes de la operación había comprado en el mercado con descuento de más de 70% cerca del 50% de esos bonos. Después de la operación quedó con el 91% en sus manos. Solamente el 18,7% de los tenedores de los bonos 2012 no aceptaron vender, mientras que el 7,2% de aquellos con bonos 2030 tampoco lo hicieron. De esta forma, se superó el límite de 25%, que era el mínimo para que los tenedores de los bonos 2030 demandaran el pago inmediato del principal.
Después de la operación, Standard & Poor subió el rating de la deuda país. Ahora es CCC+, siete niveles por debajo del grado de inversión. Antes de la recompra era SD o mora selectiva (selective default).
Ahora bien, la operación, si bien reducirá la carga de la deuda externa que quedó en 17% del PIB, impedirá que Ecuador pueda volver a vender bonos en los mercados internacionales. ¿Por cuánto tiempo? En 1999 el gobierno entró en mora de sus pagos y unos años después el país lograba colocar nuevos bonos en los mercados. Un comentarista señaló que “los mercados olvidan: lo que prima es la sed de ganancias.” A lo que habría que agregar que los mercados están llenos de pelmazos y bombetas que no saben medir adecuadamente el riesgo.
La verdad es que sólo con el tiempo se sabrá si la movida del gobierno ecuatoriano fue un buen negocio o no lo fue. Si el precio internacional del petróleo llega a niveles más altos que los actuales y la economía global se recupera relativamente rápido, la recompra que se hizo aparecerá como un excelente negocio. En ese momento Ecuador estaría incluso en capacidad de seducir nuevamente a los mercados financieros internacionales.
Pero si el precio internacional del petróleo cae de los niveles actuales y la economía global no se reactiva próximamente, entonces, Ecuador enfrentaría serios problemas de iliquidez, agravados por la falta de acceso a recursos externos frescos. Si no pagar la deuda soberana fuera tan buen negocio, la mayoría de los gobiernos del planeta ya hubieran optado por ese camino. Pero prefieren cumplirle a sus acreedores para mantener abiertos los canales de financiamiento, que son de vital importancia en momentos de contracción económica.
Ahora bien, la operación, si bien reducirá la carga de la deuda externa que quedó en 17% del PIB, impedirá que Ecuador pueda volver a vender bonos en los mercados internacionales. ¿Por cuánto tiempo? En 1999 el gobierno entró en mora de sus pagos y unos años después el país lograba colocar nuevos bonos en los mercados. Un comentarista señaló que “los mercados olvidan: lo que prima es la sed de ganancias.” A lo que habría que agregar que los mercados están llenos de pelmazos y bombetas que no saben medir adecuadamente el riesgo.
La verdad es que sólo con el tiempo se sabrá si la movida del gobierno ecuatoriano fue un buen negocio o no lo fue. Si el precio internacional del petróleo llega a niveles más altos que los actuales y la economía global se recupera relativamente rápido, la recompra que se hizo aparecerá como un excelente negocio. En ese momento Ecuador estaría incluso en capacidad de seducir nuevamente a los mercados financieros internacionales.
Pero si el precio internacional del petróleo cae de los niveles actuales y la economía global no se reactiva próximamente, entonces, Ecuador enfrentaría serios problemas de iliquidez, agravados por la falta de acceso a recursos externos frescos. Si no pagar la deuda soberana fuera tan buen negocio, la mayoría de los gobiernos del planeta ya hubieran optado por ese camino. Pero prefieren cumplirle a sus acreedores para mantener abiertos los canales de financiamiento, que son de vital importancia en momentos de contracción económica.