La rebaja de su calificación por parte de Moody’s puso de presente nuevamente que este país está lejos de salir del hueco económico en que se encuentra.
La semana pasada, o sea en la primera semana de marzo, Fitch anunció que modificaba de estable a negativa la perspectiva de su calificación AA+ debido a los riesgos que existen acerca de la fortaleza de la recuperación económica y el costo fiscal que tendrá la reestructuración de las cajas de ahorro.
Ahora Moody’s rebajó su calificación de AA1 a AA2 y mantuvo la perspectiva negativa. Según esta agencia calificadora, el costo final de la reestructuración bancaria superará las previsiones actuales del gobierno, dando lugar a un nuevo aumento del endeudamiento público.
Moody’s señaló que “los riesgos para las finanzas del gobierno de España siguen teniendo un sesgo a la baja. La vulnerabilidad de España a la inestabilidad del mercado sigue siendo elevada dadas las altas necesidades de financiación, no sólo para el gobierno central, sino también para los regionales y los bancos”.
Más claro no canta un gallo. Aunque el gobierno de José Luis Zapatero ha indicado que 20.000 millones de euros serán suficientes para rescatar al sistema financiero, muchos analistas piensan que esa cifra será superior a 100.000 millones de euros. Por otro lado, son altas las dudas en relación con la capacidad del gobierno español para lograr una mejora sostenible en las finanzas públicas teniendo en cuenta el poco control que tiene sobre las finanzas desajustadas de los gobiernos regionales (o comunidades autónomas).
En medio de semejante situación, con una tasa de desempleo superior a 20% y con una economía global cuyas perspectivas son preocupantes, Zapatero tiene el descaro de afirmar que la economía española empezará a crecer y a reducir su desempleo en el segundo semestre de 2011. Como para morirse de la risa, sino fuera por la seriedad e importancia del tema.
Ahora Moody’s rebajó su calificación de AA1 a AA2 y mantuvo la perspectiva negativa. Según esta agencia calificadora, el costo final de la reestructuración bancaria superará las previsiones actuales del gobierno, dando lugar a un nuevo aumento del endeudamiento público.
Moody’s señaló que “los riesgos para las finanzas del gobierno de España siguen teniendo un sesgo a la baja. La vulnerabilidad de España a la inestabilidad del mercado sigue siendo elevada dadas las altas necesidades de financiación, no sólo para el gobierno central, sino también para los regionales y los bancos”.
Más claro no canta un gallo. Aunque el gobierno de José Luis Zapatero ha indicado que 20.000 millones de euros serán suficientes para rescatar al sistema financiero, muchos analistas piensan que esa cifra será superior a 100.000 millones de euros. Por otro lado, son altas las dudas en relación con la capacidad del gobierno español para lograr una mejora sostenible en las finanzas públicas teniendo en cuenta el poco control que tiene sobre las finanzas desajustadas de los gobiernos regionales (o comunidades autónomas).
En medio de semejante situación, con una tasa de desempleo superior a 20% y con una economía global cuyas perspectivas son preocupantes, Zapatero tiene el descaro de afirmar que la economía española empezará a crecer y a reducir su desempleo en el segundo semestre de 2011. Como para morirse de la risa, sino fuera por la seriedad e importancia del tema.