El índice de precios al consumidor registró el año pasado una variación históricamente baja, menor al 2,44% de 2012 y similar al 2% de 2009. El renglón de alimentos fue el principal causante del descenso.
De hecho, si se examina el desempeño promedio durante 2013 de los otros componentes se encuentra que salud, comunicaciones, esparcimiento y vestuario tuvieron un crecimiento superior al de 2012, en tanto que educación y transporte uno similar, y solo vivienda y otros gastos uno ligeramente inferior. Fue alimentos el que experimentó una disminución significativa (de 2.52% anual a 0.86% anual) y movió el índice hacia abajo.
Es mas, en el último mes de 2013 la inflación al consumidor tuvo un repunte y pasó de una variación anual de 1.76% en noviembre al reseñado 1.94% como resultado de un incremento en el componente de alimentos. Todo indica que el ciclo de bajos precios de alimentos ha llegado a su final. Incluso es posible que si se confirma la hipótesis de que el actual será un verano intenso, los precios de varios alimentos claves en la canasta familiar tendrían un aumento mayor al de 2013.
Es mas, en el último mes de 2013 la inflación al consumidor tuvo un repunte y pasó de una variación anual de 1.76% en noviembre al reseñado 1.94% como resultado de un incremento en el componente de alimentos. Todo indica que el ciclo de bajos precios de alimentos ha llegado a su final. Incluso es posible que si se confirma la hipótesis de que el actual será un verano intenso, los precios de varios alimentos claves en la canasta familiar tendrían un aumento mayor al de 2013.
A lo anterior se agrega una política monetaria y de tasas de interés relativamente laxa y un gobierno dispuesto a un mayor gasto por tratarse de un año electoral, en adición a unas políticas menos debilitantes del dólar por parte de la Reserva Federal, todo lo cual conduciría a un escenario en 2014 con presiones inflacionarias mas fuertes que las que se dieron en los dos años inmediatamente anteriores.