Parece que llegó la hora de la verdad. No se puede indefinidamente regalarle a la población mucho más de lo que ella aporta a la economía.
Es la crisis del modelo social demócrata, basado en una elevada intervención del Estado para proporcionarle infinidad de beneficios y prebendas a una población que poco o nada aporta a la economía. Es el mismo modelo que Barack Obama está tratando de implantar en Estados Unidos. Si lo logra, llevaría al gobierno de este país a una inevitable quiebra.
Ahora bien, resulta que Hungría, donde hubo un cambio de gobierno, salió con el mismo cuento de Grecia. El anterior gobierno húngaro falseó las cuentas públicas y el nuevo gobierno teme una crisis fiscal de la magnitud de la de Grecia. Aunque Hungría todavía no se ha incorporado al sistema del euro, la exposición de la banca europea en este país es de alguna consideración.
Grecia y Hungría son poca cosa comparados con el tamaño de la deuda pública en España, Irlanda, Portugal, Bélgica e Italia, todos los cuales usan el euro. La crisis de Hungría sugiere que otros países del este de Europa podrían enfrentar problemas similares. Pero además, los gobiernos de Francia y Alemania también se encuentran sobre endeudados, o sea que no tienen margen de maniobra para salir al rescate de los demás gobiernos de la euro zona.
Los gobiernos europeos, todos aplicados alumnos de los principios de la social democracia, ofrecieron y dieron mucho más allá de los recursos disponibles. La fórmula mágica para hacerlo: deuda. Pero eso tiene un límite. Ahora les va a tocar hacer fuertes recortes en el gasto público y aplicar draconianos paquetes de ajuste. Mucho de lo que dieron, lo van a tener que quitar a la fuerza. El crecimiento económico de esta región se verá comprometido por años.
Se trata de una crisis causada por la irresponsabilidad de los gobiernos, que abusaron todos de la riqueza y de las facilidades proporcionadas por la economía de mercado y su creciente globalización.
Mientras todo esto ocurre, el euro va de picada frente al dólar y otras monedas fuertes. Al comenzar junio de 2010, se había roto la barrera de 1,20 dólares. La mayoría de los analistas coinciden en que el euro seguirá desvalorizándose. En lo que no se han puesto de acuerdo, sin embargo, es en la rapidez de la caída.
Ahora bien, resulta que Hungría, donde hubo un cambio de gobierno, salió con el mismo cuento de Grecia. El anterior gobierno húngaro falseó las cuentas públicas y el nuevo gobierno teme una crisis fiscal de la magnitud de la de Grecia. Aunque Hungría todavía no se ha incorporado al sistema del euro, la exposición de la banca europea en este país es de alguna consideración.
Grecia y Hungría son poca cosa comparados con el tamaño de la deuda pública en España, Irlanda, Portugal, Bélgica e Italia, todos los cuales usan el euro. La crisis de Hungría sugiere que otros países del este de Europa podrían enfrentar problemas similares. Pero además, los gobiernos de Francia y Alemania también se encuentran sobre endeudados, o sea que no tienen margen de maniobra para salir al rescate de los demás gobiernos de la euro zona.
Los gobiernos europeos, todos aplicados alumnos de los principios de la social democracia, ofrecieron y dieron mucho más allá de los recursos disponibles. La fórmula mágica para hacerlo: deuda. Pero eso tiene un límite. Ahora les va a tocar hacer fuertes recortes en el gasto público y aplicar draconianos paquetes de ajuste. Mucho de lo que dieron, lo van a tener que quitar a la fuerza. El crecimiento económico de esta región se verá comprometido por años.
Se trata de una crisis causada por la irresponsabilidad de los gobiernos, que abusaron todos de la riqueza y de las facilidades proporcionadas por la economía de mercado y su creciente globalización.
Mientras todo esto ocurre, el euro va de picada frente al dólar y otras monedas fuertes. Al comenzar junio de 2010, se había roto la barrera de 1,20 dólares. La mayoría de los analistas coinciden en que el euro seguirá desvalorizándose. En lo que no se han puesto de acuerdo, sin embargo, es en la rapidez de la caída.