Con gran fanfarria el presidente de Ecuador Rafael Correa le anunció al mundo que no pagará parte de la deuda pública externa. Días antes su gobierno compró bonos soberanos con un gran descuento.
El “juego” de la manipulación del valor de los bonos soberanos es muy conocido. El gobierno ecuatoriano lo hizo hace más de un año y ahora lo repite. Mediante declaraciones públicas y amenazas de no pago le reduce el valor a los bonos soberanos. Luego los compra con un gran descuento. Según el diario El Comercio de diciembre 11, el gobierno, a través del oficializado Banco el Pacífico, habría pagado US$170 millones para comprar bonos que valen US$680 millones.
La manipulación del valor de unos bonos soberanos y el no pago de otros le traerá a la economía de Ecuador consecuencias serias. Las líneas de crédito externo disponibles tanto para el sector público como para el sector privado se restringirán o se encarecerán, incluidas las que respaldan las operaciones de comercio exterior. Adicionalmente, a Ecuador se le dificultará el acceso a fuentes multilaterales de crédito como el BID, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, en momentos en los cuales su economía empieza a verse afectada por el desplome del precio internacional del petróleo y por el impacto de la crisis económica global sobre la actividad económica en general.
La deuda externa que el gobierno de Ecuador califica como “ilegal” y que no pagará es cercana a US$3.800 millones, de un total que se aproxima a US$10.000 millones. Esa deuda ya fue reestructurada dos veces y será muy difícil que los acreedores acepten una tercera reestructuración. Por otro lado, los bonos son emitidos bajo la ley del estado de New York y la moneda legal de Ecuador es el dólar. Sin duda, los acreedores votarán por acelerar el pago de los diferentes bonos soberanos. Será muy difícil para el gobierno de Ecuador exponer convincentemente su caso en los tribunales internacionales.
El efecto combinado de las demandas de los acreedores y de la falta de acceso a fuentes de financiamiento externo pondrán en peligro la dolarización de la economía ecuatoriana. Un esquema de dolarización sólo funciona con un manejo responsable y serio de la economía. Y eso, precisamente, es lo que hace falta en Ecuador en los actuales momentos.
La manipulación del valor de unos bonos soberanos y el no pago de otros le traerá a la economía de Ecuador consecuencias serias. Las líneas de crédito externo disponibles tanto para el sector público como para el sector privado se restringirán o se encarecerán, incluidas las que respaldan las operaciones de comercio exterior. Adicionalmente, a Ecuador se le dificultará el acceso a fuentes multilaterales de crédito como el BID, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, en momentos en los cuales su economía empieza a verse afectada por el desplome del precio internacional del petróleo y por el impacto de la crisis económica global sobre la actividad económica en general.
La deuda externa que el gobierno de Ecuador califica como “ilegal” y que no pagará es cercana a US$3.800 millones, de un total que se aproxima a US$10.000 millones. Esa deuda ya fue reestructurada dos veces y será muy difícil que los acreedores acepten una tercera reestructuración. Por otro lado, los bonos son emitidos bajo la ley del estado de New York y la moneda legal de Ecuador es el dólar. Sin duda, los acreedores votarán por acelerar el pago de los diferentes bonos soberanos. Será muy difícil para el gobierno de Ecuador exponer convincentemente su caso en los tribunales internacionales.
El efecto combinado de las demandas de los acreedores y de la falta de acceso a fuentes de financiamiento externo pondrán en peligro la dolarización de la economía ecuatoriana. Un esquema de dolarización sólo funciona con un manejo responsable y serio de la economía. Y eso, precisamente, es lo que hace falta en Ecuador en los actuales momentos.