Según Barclays Capital, el PIB de Venezuela caerá 4,1% en 2009. Los ingresos por exportaciones de petróleo se reducirán en US$50.000 millones en relación con los de 2008.
En principio, Venezuela tiene suficientes reservas internacionales como para evitar una crisis de balanza de pagos. Nadie sabe muy bien cuántas, pero se estiman en algo así como US$55.000 millones. Con todo, el gobierno se verá forzado a administrar el desplome de los ingresos petroleros, que proporcionan más del 90% de las divisas y que financian más de la mitad del gasto publico. Lo más probable es que mantenga la actual política monetaria y fiscal expansiva a costa de sacrificar reservas internacionales. Pero llegará el momento en que le tocará restringir el gasto por algún lado.
Algunos analistas le apuestan a que el gobierno devaluará el bolívar. A pesar de que desde 2005 la inflación ha superado 20% promedio anual, la tasa de cambio oficial se ha mantenido inalterada en 2.15 bolívares por dólar. La tasa de cambio paralela o no oficial está alrededor de 5.80 bolívares por dólar. El exceso de demanda ocasionada una tasa de cambio oficial sobre valorada se ha controlado con un rígido sistema de control de cambios, que ha generado toda clase de problemas de abastecimiento y de manejo de inventarios en distintos sectores de la economía.
Antes que devaluar, el gobierno se ha inclinado a favor de una disminución del presupuesto de divisas para importaciones con la tasa oficial. De acuerdo con Ecoanalítica, ese presupuesto sería recortado en este año un 30% en relación con el de 2008, a un total anual de US$25.700 millones.
Existe la alternativa de elevar el impuesto a las ventas u otros impuestos. Pero más atractivo para un gobierno que rehúsa adoptar políticas impopulares es el camino de endeudarse mediante la colocación de bonos externos.
Y de último en la lista estaría el tema de un recorte en los programas asistenciales y en los subsidios, con los cuales el presidente Hugo Chávez ha anestesiado la conciencia política de la mitad de los venezolanos. Entre estos últimos, uno muy costoso es el de la gasolina, cuyo precio interno es de los más bajos del mundo.
O sea que Venezuela tiene varias salidas al problema que le acarrea el descenso en el precio internacional del petróleo, pero el gobierno no se ha movido mayormente para enfrentar el tema. Está confiado talvez en que el precio del petróleo reaccionará eventualmente, antes de que termine de “quemar” el exceso de reservas internacionales que acumuló en la bonanza. Sin embargo, el tiempo pasa y lo único cierto es que la economía venezolana está montada en un tren de gasto insostenible a un año vista o incluso a menos.
Algunos analistas le apuestan a que el gobierno devaluará el bolívar. A pesar de que desde 2005 la inflación ha superado 20% promedio anual, la tasa de cambio oficial se ha mantenido inalterada en 2.15 bolívares por dólar. La tasa de cambio paralela o no oficial está alrededor de 5.80 bolívares por dólar. El exceso de demanda ocasionada una tasa de cambio oficial sobre valorada se ha controlado con un rígido sistema de control de cambios, que ha generado toda clase de problemas de abastecimiento y de manejo de inventarios en distintos sectores de la economía.
Antes que devaluar, el gobierno se ha inclinado a favor de una disminución del presupuesto de divisas para importaciones con la tasa oficial. De acuerdo con Ecoanalítica, ese presupuesto sería recortado en este año un 30% en relación con el de 2008, a un total anual de US$25.700 millones.
Existe la alternativa de elevar el impuesto a las ventas u otros impuestos. Pero más atractivo para un gobierno que rehúsa adoptar políticas impopulares es el camino de endeudarse mediante la colocación de bonos externos.
Y de último en la lista estaría el tema de un recorte en los programas asistenciales y en los subsidios, con los cuales el presidente Hugo Chávez ha anestesiado la conciencia política de la mitad de los venezolanos. Entre estos últimos, uno muy costoso es el de la gasolina, cuyo precio interno es de los más bajos del mundo.
O sea que Venezuela tiene varias salidas al problema que le acarrea el descenso en el precio internacional del petróleo, pero el gobierno no se ha movido mayormente para enfrentar el tema. Está confiado talvez en que el precio del petróleo reaccionará eventualmente, antes de que termine de “quemar” el exceso de reservas internacionales que acumuló en la bonanza. Sin embargo, el tiempo pasa y lo único cierto es que la economía venezolana está montada en un tren de gasto insostenible a un año vista o incluso a menos.