Desde 2003 habían gobernado con una amplia mayoría en el Congreso. Ahora es otro el cuento.
Su partido perdió las mayoría tanto en el Senado como en la Cámara. La burda estrategia de anticipar las elecciones cinco meses, antes de que la crisis económica global golpeara con todo su rigor a la Argentina, no produjo mayores dividendos. Tampoco dio resultados que el propio Néstor Kirchner y el gobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli encabezaran la lista para la Cámara. Lo hicieron como candidatos “testimoniales”, o sea candidatos que no iban a involucrarse en las actividades legislativas. Fueron derrotados por Francisco de Narváez, quien encabezaba una facción disidente del peronismo, la del alcalde de Buenos Aires Mauricio Macri.
La pérdida de Kirchner es un golpe para sus aspiraciones a reelegirse en 2011 cuando termina el período de su esposa Cristina Fernández. Ya han surgido nuevas caras con mayor proyección. Macri, una de ellas. El Vicepresidente Julio Cobos y Carlos Reutemann, otras. Además, la Unión Cívica Radical, la tradicional fuerza política opuesta al peronismo, salió fortalecida. En otras palabra, las elecciones del 28 de junio fueron unas de profunda renovación del escenario político argentino. No es para nada claro qué papel podrán desempeñar los Kirchner en ese nuevo entorno.
De hecho, la gobernabilidad de la Presidente Cristina Fernández quedó comprometida. Incluso se rumora que habría anticipo de las elecciones presidenciales. El estilo prepotente de Néstor y Cristina, no es buen augurio para un gobierno de compromiso y negociaciones, como el que demandan las actuales circunstancias. El deterioro de la economía reducirá aún más su margen de maniobra. Y ya no tendrá el poder suficiente para sofocar escándalos de corrupción que posiblemente saldrán a la superficie.
La pérdida de Kirchner es un golpe para sus aspiraciones a reelegirse en 2011 cuando termina el período de su esposa Cristina Fernández. Ya han surgido nuevas caras con mayor proyección. Macri, una de ellas. El Vicepresidente Julio Cobos y Carlos Reutemann, otras. Además, la Unión Cívica Radical, la tradicional fuerza política opuesta al peronismo, salió fortalecida. En otras palabra, las elecciones del 28 de junio fueron unas de profunda renovación del escenario político argentino. No es para nada claro qué papel podrán desempeñar los Kirchner en ese nuevo entorno.
De hecho, la gobernabilidad de la Presidente Cristina Fernández quedó comprometida. Incluso se rumora que habría anticipo de las elecciones presidenciales. El estilo prepotente de Néstor y Cristina, no es buen augurio para un gobierno de compromiso y negociaciones, como el que demandan las actuales circunstancias. El deterioro de la economía reducirá aún más su margen de maniobra. Y ya no tendrá el poder suficiente para sofocar escándalos de corrupción que posiblemente saldrán a la superficie.