Profesionales de la salud cubanos son tratados como esclavos en Venezuela. Los gobiernos de ambos países fueron demandados por “esclavitud moderna”.
Siete médicos y un enfermero cubanos demandaron a Cuba, Venezuela y a la empresa estatal PDVSA por presunta conspiración para obligarles a trabajar en condiciones de “esclavos modernos”, como pago por la deuda cubana con el Estado venezolano por suministro de petróleo. La demanda se interpuso ante un tribunal federal de Miami, Estados Unidos. Los demandantes piden una indemnización que supera los US$50 millones.
Las cifras detrás de este tráfico de esclavos son más o menos las siguientes El gobierno de Venezuela le paga a Cuba alrededor de US$220.000 al año por cada uno de los cerca de 29.000 profesionales de la salud que trabajan en es ese país (44% médicos, 30% técnicos de la salud, 10% odontólogos y 16% licenciados en enfermería). Son US$18.000 mensuales que los hermanos Raúl y Fidel Castro reciben por cada esclavo de la salud que envían a Venezuela.
Los esclavos cubanos no tienen ni voz ni voto sobre cuánto devengan, dónde trabajan en Venezuela y bajo qué condiciones. Tampoco sobre su alojamiento. Reciben un salario de US$400 al mes más una bonificación promedio de US$50 mensuales.
Es decir, por cada esclavo de la salud los hermanos Castro perciben un beneficio neto de unos US$17.000 mensuales (restando otros US$550 mensuales por transporte y gastos varios en especie). Mejor negocio para los hermanos Castro, imposible. Peor negocio para Venezuela, también imposible. Con el agravante de que estos esclavos cubanos desplazan a los trabajadores de la salud venezolanos y deprimen su remuneración.
Los esclavos cubanos no tienen ni voz ni voto sobre cuánto devengan, dónde trabajan en Venezuela y bajo qué condiciones. Tampoco sobre su alojamiento. Reciben un salario de US$400 al mes más una bonificación promedio de US$50 mensuales.
Es decir, por cada esclavo de la salud los hermanos Castro perciben un beneficio neto de unos US$17.000 mensuales (restando otros US$550 mensuales por transporte y gastos varios en especie). Mejor negocio para los hermanos Castro, imposible. Peor negocio para Venezuela, también imposible. Con el agravante de que estos esclavos cubanos desplazan a los trabajadores de la salud venezolanos y deprimen su remuneración.