Los apagones no han cesado, especialmente en el interior del país. Las industrias básicas adscritas a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) siguen paralizadas por falta de energía eléctrica. Las industrias petroquímica y de refinación continúan afectadas por interrupciones no programadas del servicio eléctrico.
El Presidente Hugo Chávez, el vicepresidente Elías Juau, el ministro Alí Rodríguez y numerosos miembros de la Asamblea Nacional le dijeron al país en su momento que la crisis eléctrica era básicamente resultado de la sequía producida por el fenómeno de El Niño. Farsantes todos ellos de marca mayor, lo cual no sorprende en un régimen que se ha convertido, con la asesoría del gobierno de Cuba, en un fábrica de mentiras con las cuales se eluden responsabilidades y se atacan contradictores.
Desde un comienzo analistas serios dijeron que la crisis era resultado de la falta de planeación, mantenimiento e inversión en el sector durante los 11 años del gobierno de Chávez. Estos analistas hicieron hincapié en la insuficiente capacidad de generación para atender la demanda y en el mal estado en que se encontraban las principales plantas térmicas, así como las turbinas de la represa de Guri.
Pues bien, el nivel de la represa de Guri ha subido de 30% a 70%, pero su generación de electricidad se ha mantenido relativamente invariable en relación con las épocas de sequía. Por otro lado, no cesan los problemas en las plantas térmicas. En Planta Centro han fallado los múltiples intentos que se han hecho para poner en funcionamiento más de una de sus 5 unidades. En la planta de Tacoa, con inusitada frecuencia, sale de servicio una de sus unidades. Y en la planta Ramón Laguna se opera por debajo del potencial.
Así las cosas, la energía generada ha estado últimamente en un promedio de 310 GWh, lo que es insuficiente para atender una demanda que en condiciones normales requeriría unos 380GWh. La demanda máxima atendida rara vez supera los 15.000 MW, cuando la histórica es de unos 17.300 MW.
Hay que señalar, además, que para que el servicio eléctrico sea confiable y se le pueda hacer un adecuado mantenimiento al sistema sin necesidad de acudir a racionamientos, la capacidad de generación debe ser por lo menos un 20-25% superior a la demanda máxima no restringida.
El gobierno de Chávez no ha tenido la valentía de hacer público un diagnóstico creíble acerca de las perspectivas de solución definitiva de la crisis eléctrica. La servil Asamblea Nacional ni siquiera sirve para que se discuta tan importante tema. En medio de la confusión creada por el mismo gobierno, hay analistas serios que consideran que la crisis durará entre uno a dos años más.
El Presidente Hugo Chávez, el vicepresidente Elías Juau, el ministro Alí Rodríguez y numerosos miembros de la Asamblea Nacional le dijeron al país en su momento que la crisis eléctrica era básicamente resultado de la sequía producida por el fenómeno de El Niño. Farsantes todos ellos de marca mayor, lo cual no sorprende en un régimen que se ha convertido, con la asesoría del gobierno de Cuba, en un fábrica de mentiras con las cuales se eluden responsabilidades y se atacan contradictores.
Desde un comienzo analistas serios dijeron que la crisis era resultado de la falta de planeación, mantenimiento e inversión en el sector durante los 11 años del gobierno de Chávez. Estos analistas hicieron hincapié en la insuficiente capacidad de generación para atender la demanda y en el mal estado en que se encontraban las principales plantas térmicas, así como las turbinas de la represa de Guri.
Pues bien, el nivel de la represa de Guri ha subido de 30% a 70%, pero su generación de electricidad se ha mantenido relativamente invariable en relación con las épocas de sequía. Por otro lado, no cesan los problemas en las plantas térmicas. En Planta Centro han fallado los múltiples intentos que se han hecho para poner en funcionamiento más de una de sus 5 unidades. En la planta de Tacoa, con inusitada frecuencia, sale de servicio una de sus unidades. Y en la planta Ramón Laguna se opera por debajo del potencial.
Así las cosas, la energía generada ha estado últimamente en un promedio de 310 GWh, lo que es insuficiente para atender una demanda que en condiciones normales requeriría unos 380GWh. La demanda máxima atendida rara vez supera los 15.000 MW, cuando la histórica es de unos 17.300 MW.
Hay que señalar, además, que para que el servicio eléctrico sea confiable y se le pueda hacer un adecuado mantenimiento al sistema sin necesidad de acudir a racionamientos, la capacidad de generación debe ser por lo menos un 20-25% superior a la demanda máxima no restringida.
El gobierno de Chávez no ha tenido la valentía de hacer público un diagnóstico creíble acerca de las perspectivas de solución definitiva de la crisis eléctrica. La servil Asamblea Nacional ni siquiera sirve para que se discuta tan importante tema. En medio de la confusión creada por el mismo gobierno, hay analistas serios que consideran que la crisis durará entre uno a dos años más.