El gobierno de Hugo Chávez no ha podido administrar con efectividad el racionamiento de energía eléctrica.
Esta crisis, que el mismo gobierno ocasionó con su desidia, ineptitud y corrupción, ha llevado a un racionamiento que ha impactado de manera dramática a industrias, comercios y hogares a lo largo y ancho del país. La solución, luego de años de falta de inversión y mantenimiento en la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, tomará algún tiempo. Mientras tanto, para evitar el colapso del sistema, es necesario aplicar un fuerte racionamiento, que lleve a una reducción del consumo de por lo menos 20%.
Ahora bien, el 20% de reducción no se ha cumplido, en parte porque el gobierno no se ha atrevido a racionar en Caracas. Por otro lado, ante las protestas, se ha visto en la necesidad de recortarlo en algunos estados como los de Zulia y Mérida. Hasta el momento, el mayor peso del racionamiento ha recaído sobre la actividad industrial, incluida la petroquímica y la básica de Guayana. Empresas como Sidor, Venelum y Alcasa, se encuentran virtualmente paralizadas.
El hecho cierto es que la cota de la central hidroeléctrica de Guri, del cual depende actualmente más del 70% de la generación de electricidad del país, ha continuado en descenso. El 5 de febrero de 2010 se encontraba en 256,67 metros sobre el nivel del mar. Desde el 31 de enero el descenso ha sido de 31 centímetros por día, superior al promedio de 10 centímetros diarios de caída que es el estimativo que el gobierno ha manejado.
Los niveles actuales del Guri están ya en la “zona de emergencia”. Rápidamente se ha pasado de la “zona de alerta”, a la “zona de alarma”, y de ahí a la “zona de emergencia”. Si hacia mediados de marzo la cota desciende por debajo de los 248 metros sobre el nivel de mar, se haría el tránsito de la “zona de emergencia” a la “zona de colapso” (dos meses antes de la terminación del verano). Al ritmo de descenso de los últimos días se ingresaría a la “zona de colapso” antes de esa fecha.
Dada esta crítica situación, no hay otra salida que un gran racionamiento en todo el país, incluida Caracas, que de verdad logre reducir el consumo en más de 20%. Para tal efecto, no son suficientes las exhortaciones a una inconforme población para que ahorre energía eléctrica. Un racionamiento de la magnitud del que se necesita requiere cortarle a empresas y personas el fluido eléctrico en las horas de consumo pico.
A esta grave situación es a la que Hugo Chávez y su gobierno han llevado a Venezuela. Un problema que se gestó durante varios años, les estalló en la cara en plena época electoral. Y la sensación que queda es que meses después de que reventó la crisis, el gobierno no ha sido capaz de diseñar e implementar una estrategia coherente para evitar el colapso del sistema eléctrico, mientras se concretan las inversiones en generación y transmisión que han debido realizarse años atrás.
Ahora bien, el 20% de reducción no se ha cumplido, en parte porque el gobierno no se ha atrevido a racionar en Caracas. Por otro lado, ante las protestas, se ha visto en la necesidad de recortarlo en algunos estados como los de Zulia y Mérida. Hasta el momento, el mayor peso del racionamiento ha recaído sobre la actividad industrial, incluida la petroquímica y la básica de Guayana. Empresas como Sidor, Venelum y Alcasa, se encuentran virtualmente paralizadas.
El hecho cierto es que la cota de la central hidroeléctrica de Guri, del cual depende actualmente más del 70% de la generación de electricidad del país, ha continuado en descenso. El 5 de febrero de 2010 se encontraba en 256,67 metros sobre el nivel del mar. Desde el 31 de enero el descenso ha sido de 31 centímetros por día, superior al promedio de 10 centímetros diarios de caída que es el estimativo que el gobierno ha manejado.
Los niveles actuales del Guri están ya en la “zona de emergencia”. Rápidamente se ha pasado de la “zona de alerta”, a la “zona de alarma”, y de ahí a la “zona de emergencia”. Si hacia mediados de marzo la cota desciende por debajo de los 248 metros sobre el nivel de mar, se haría el tránsito de la “zona de emergencia” a la “zona de colapso” (dos meses antes de la terminación del verano). Al ritmo de descenso de los últimos días se ingresaría a la “zona de colapso” antes de esa fecha.
Dada esta crítica situación, no hay otra salida que un gran racionamiento en todo el país, incluida Caracas, que de verdad logre reducir el consumo en más de 20%. Para tal efecto, no son suficientes las exhortaciones a una inconforme población para que ahorre energía eléctrica. Un racionamiento de la magnitud del que se necesita requiere cortarle a empresas y personas el fluido eléctrico en las horas de consumo pico.
A esta grave situación es a la que Hugo Chávez y su gobierno han llevado a Venezuela. Un problema que se gestó durante varios años, les estalló en la cara en plena época electoral. Y la sensación que queda es que meses después de que reventó la crisis, el gobierno no ha sido capaz de diseñar e implementar una estrategia coherente para evitar el colapso del sistema eléctrico, mientras se concretan las inversiones en generación y transmisión que han debido realizarse años atrás.