Tanto el indicador mensual de actividad económica (IMAE) como las previsiones de los analistas sugieren un desempeño negativo en 2009 de la economía costarricense.

 

El IMAE descendió 0,5% durante noviembre de 2008 frente al mismo mes del año anterior. Este comportamiento, que fue más negativo del anticipado por los analistas, estuvo influenciado por una disminución de 10% en la producción manufacturera. En octubre, el IMAE ni aumentó ni cayó.

Los analistas del Citigroup Global Markets bajaron su estimativo de creciemiento del PIB para 2009 de 0,5% a –0,5%. Lo hicieron debido a la preocupante tendencia del actividad manufacturera, dentro de la cual se encuentra un sector electrónico seriamente afectado por la recesión de Estados Unidos.

Pero además lo hicieron teniendo en cuenta que el sector de turismo, que es uno de los grandes empleadores del país, muestra una declinación especialmente a partir de octubre de 2008. No hay que olvidar que una porción significativa de los turistas proviene de Estados Unidos.

La construcción también se está desacelerando rápidamente. Los analistas del Citigroup estiman que de aumentos superiores al 20% anual se ha pasado a tasas por debajo de 5% anual. La menor inversión extranjera y la mayor restricción crediticia hacen pensar que esta actividad no será el impulsor del crecimiento que fuera durante 2006-2007.

Costa Rica llega a la recesión en una situación relativamente vulnerable debido a una inflación que supera el 12% anual, a un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos de por lo menos 7% del PIB, y a unas desbordadas pretensiones salariales de sus sindicatos. Existe una peligrosa complacencia entre sus gobernantes y  entre la población en general que ha conducido a la creencia de que Costa Rica es un país tan especial que podría escapar a los efectos de la crisis económica global. Sin embargo, las tendencias económicas tanto internas como externas sugieren que la más reciente proyección del Citigroup es optimista.