El gobierno de ese país a través de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) avanza en su pretensión de imponerle la censura al Internet.
El 13 de marzo de 2014 Conatel se reunió con los proveedores de Internet para “censurar todo aquel contenido noticioso que afecte la imagen del gobierno”. La dictadura de Nicolás Maduro, no contenta con acabar con la libertad de expresión en la radio y la televisión, ahora tiene la mira puesta en lo único que no puede controlar del todo, el Internet.
Ya existen varios antecedentes en estos intentos de censura por parte de ese gobierno. Desde hace dos meses esta dictadura ha tratado de impedir que los venezolanos se informen por el Internet del valor del dólar negro o paralelo. Para tal efecto, Conatel ordenó a los proveedores de servicio (ISP) bloquear aquellas páginas que informaban la cotización del dólar negro. Lo típico de toda dictadura: la solución para el problema de la alta fiebre es prohibir el uso del termómetro.
Desde cuando comenzaron las actuales protestas sociales el 12 de febrero, y que ya llevan mas de un mes, se han presentado toda clase de limitaciones y bloqueos al acceso de contenido por Internet. Por ejemplo, bloqueos a las fotos en Twitter y caída total del servicio en el estado de Táchira.
Después de que la dictadura logró el control absoluto de la televisión y silenció a las emisoras de radio opositoras, la única ventana a la libre expresión que queda en Venezuela son las redes sociales. De ahí que en la reunión del 13 de marzo Conatel se expresara en el sentido de restringir el acceso a Twitter y Youtube.
Nadie sabe a ciencia cierta si Conatel tendrá algún éxito en sus intentos por bloquear lo que queda de libertad de expresión en la web. Pero el solo intento de hacerlo muestra la naturaleza totalitaria de ese gobierno comunista.
Claro está que esto no debe ser secreto para nadie que conozca de comunismo. Su debilidad como sistema político y económico es tal, que su supervivencia solo es posible con la concentración del poder en unas pocas manos, con la supresión de las libertades mas elementales, y con una muy extendida represión.
En los sistemas comunistas, la luz de la libertad de información es considerada como una gran amenaza porque muestra la sordidez que caracteriza al mundo de sus gobernantes y expone las mentiras con las que justifican sus abusos. Por eso se los ve, como en el caso de Maduro, en frenéticos y atolondrados esfuerzos dirigidos a tapar hasta la mas pequeña rendija por donde se escabulle la luz de la transparencia y la verdad.
Ya existen varios antecedentes en estos intentos de censura por parte de ese gobierno. Desde hace dos meses esta dictadura ha tratado de impedir que los venezolanos se informen por el Internet del valor del dólar negro o paralelo. Para tal efecto, Conatel ordenó a los proveedores de servicio (ISP) bloquear aquellas páginas que informaban la cotización del dólar negro. Lo típico de toda dictadura: la solución para el problema de la alta fiebre es prohibir el uso del termómetro.
Desde cuando comenzaron las actuales protestas sociales el 12 de febrero, y que ya llevan mas de un mes, se han presentado toda clase de limitaciones y bloqueos al acceso de contenido por Internet. Por ejemplo, bloqueos a las fotos en Twitter y caída total del servicio en el estado de Táchira.
Después de que la dictadura logró el control absoluto de la televisión y silenció a las emisoras de radio opositoras, la única ventana a la libre expresión que queda en Venezuela son las redes sociales. De ahí que en la reunión del 13 de marzo Conatel se expresara en el sentido de restringir el acceso a Twitter y Youtube.
Nadie sabe a ciencia cierta si Conatel tendrá algún éxito en sus intentos por bloquear lo que queda de libertad de expresión en la web. Pero el solo intento de hacerlo muestra la naturaleza totalitaria de ese gobierno comunista.
Claro está que esto no debe ser secreto para nadie que conozca de comunismo. Su debilidad como sistema político y económico es tal, que su supervivencia solo es posible con la concentración del poder en unas pocas manos, con la supresión de las libertades mas elementales, y con una muy extendida represión.
En los sistemas comunistas, la luz de la libertad de información es considerada como una gran amenaza porque muestra la sordidez que caracteriza al mundo de sus gobernantes y expone las mentiras con las que justifican sus abusos. Por eso se los ve, como en el caso de Maduro, en frenéticos y atolondrados esfuerzos dirigidos a tapar hasta la mas pequeña rendija por donde se escabulle la luz de la transparencia y la verdad.