La encuesta fue realizada por The Pew Research Center con una lista de 22 prioridades de política. El cambio climático ocupó el penúltimo puesto. Solo superó al tema de la obesidad en el interés de los norteamericanos. Quedó por debajo de temas etéreos como el de la decadencia moral.
Un gran escepticismo ha invadido a la población de ese país sobre el cambio climático en los últimos dos años. Después de irrumpir con fuerza en el radar de la opinión pública en 2007, este tema ha perdido importancia, año tras año, en las sucesivas encuestas anuales de Pew, pero muy especialmente a partir de 2010.
Muchas son las razones para el decaimiento de interés. La crisis económica es una de ellas (la gente tiene asuntos más urgentes en qué pensar). Los cuestionamientos sobre la manipulación de cifras y evidencias científicas, incluido el escándalo de “Climagate” (al cual le acaba de salir otra pata). La burda utilización del tema para promover pequeños intereses políticos. El patético fracaso de los muy elevados subsidios que han recibido empresas productoras de fuentes alternativas de energía (Solyndra es apenas uno de varios ejemplos). El tratamiento infantil y sensacionalista por parte de los medios de comunicación de un muy complejo tema científico.
Ojalá ahora que un sano escepticismo rodea al tema del cambio climático, sea posible abordarlo con cabeza fría, sin las pasiones y los fanatismos que tanto perjudican al debate científico.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
Un gran escepticismo ha invadido a la población de ese país sobre el cambio climático en los últimos dos años. Después de irrumpir con fuerza en el radar de la opinión pública en 2007, este tema ha perdido importancia, año tras año, en las sucesivas encuestas anuales de Pew, pero muy especialmente a partir de 2010.
Muchas son las razones para el decaimiento de interés. La crisis económica es una de ellas (la gente tiene asuntos más urgentes en qué pensar). Los cuestionamientos sobre la manipulación de cifras y evidencias científicas, incluido el escándalo de “Climagate” (al cual le acaba de salir otra pata). La burda utilización del tema para promover pequeños intereses políticos. El patético fracaso de los muy elevados subsidios que han recibido empresas productoras de fuentes alternativas de energía (Solyndra es apenas uno de varios ejemplos). El tratamiento infantil y sensacionalista por parte de los medios de comunicación de un muy complejo tema científico.
Ojalá ahora que un sano escepticismo rodea al tema del cambio climático, sea posible abordarlo con cabeza fría, sin las pasiones y los fanatismos que tanto perjudican al debate científico.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).