A junio de 2010 el nivel de la cartera vencida es el más bajo de los últimos dos años y el de las provisiones el más alto de los últimos tres años.
El indicador de calidad tradicional, o sea la relación entre cartera vencida y cartera total, cayó a 4% en junio, luego de haber bordeado 4,5% durante el primer trimestre de 2010, y de haber alcanzado un pico de 4,8% en mayo de 2009. Por otro lado, el indicador de cubrimiento tradicional, o sea la relación entre provisiones de cartera sobre cartera vencida, ascendió a 135,2% en junio, y ha experimentado una tendencia creciente después de haberse situado en un punto bajo de 108,2% en mayo de 2009.
Es de interés destacar que la mayor mejora en el indicador de calidad tradicional se ha presentado en el crédito de consumo, el cual cayó a 6% en junio de 8,1% que fue en igual mes de 2009. A su vez, en el caso de la cartera hipotecaria el descenso entre los dos junios fue de 4,5% a 3,8%, mientras que en el microcrédito fue de 6,6% a 5,8%.
El área en donde la mejora del indicador de calidad fue menos pronunciado es en la cartera comercial, la cual representa 62,2% de la cartera total. Allí, ese indicador se ha mantenido relativamente inalterado. En junio fue 3%, en tanto que en igual mes de 2009 fue 3,3%.
Es digno de resaltar la prudencia con la cual el sector financiero colombiano administró la difícil situación planteada por estallido de la crisis económica global durante el segundo semestre de 2008 y la recesión que sufrió la economía colombiana. La gran mayoría de los establecimientos de crédito lograron detener el deterioro de su cartera hacia mediados de 2009.
Es de interés destacar que la mayor mejora en el indicador de calidad tradicional se ha presentado en el crédito de consumo, el cual cayó a 6% en junio de 8,1% que fue en igual mes de 2009. A su vez, en el caso de la cartera hipotecaria el descenso entre los dos junios fue de 4,5% a 3,8%, mientras que en el microcrédito fue de 6,6% a 5,8%.
El área en donde la mejora del indicador de calidad fue menos pronunciado es en la cartera comercial, la cual representa 62,2% de la cartera total. Allí, ese indicador se ha mantenido relativamente inalterado. En junio fue 3%, en tanto que en igual mes de 2009 fue 3,3%.
Es digno de resaltar la prudencia con la cual el sector financiero colombiano administró la difícil situación planteada por estallido de la crisis económica global durante el segundo semestre de 2008 y la recesión que sufrió la economía colombiana. La gran mayoría de los establecimientos de crédito lograron detener el deterioro de su cartera hacia mediados de 2009.
También fueron capaces de reducir gradualmente un crecimiento de la cartera que bordeaba 30% anual en 2007, cuando el PIB creció a un récord de 7,5%. Fue así como a finales de 2009 el sistema financiero logró que en diciembre de 2009 su cartera neta aumentara apenas a una tasa anual cercana a 2%. Desde entonces, en el transcurso de 2010, a la par de la recuperación económica, su crecimiento se ha acelerado, pero con prudencia. En abril de 2010 era de 4,1% anual y al cierre de julio de 7,2% anual.
Precisamente a julio 30, el incremento anual de la cartera neta hipotecaria fue de 17,5%, el de la de consumo 12,2%, el de la del microcrédito 10,4%, y el de la comercial 1,2%. Los aumentos en los tres primeros renglones no son para nada despreciables si se tiene en cuenta que la inflación anual está en 2,2%.
Sin embargo, el bajo crecimiento reciente de la cartera comercial es indicativo del esfuerzo que están realizando actualmente los establecimientos de crédito para continuar con sus procesos de saneamiento. De hecho, a pesar de las mejoras recientes en los indicadores de calidad y cubrimiento, todavía no se alcanzan los niveles de 2006, que pueden considerarse como relativamente óptimos.
En 2006, el indicador de calidad tradicional de la cartera total estaba por debajo de 3% y el de la cartera comercial por debajo de 2%. Por otro lado, el índice de cubrimiento tradicional de la cartera total se aproximaba a 150%. Para alcanzar estos niveles queda aún un trecho por recorrer, que se acortaría apresuradamente con un crecimiento económico sostenido superior a 5% anual.
Precisamente a julio 30, el incremento anual de la cartera neta hipotecaria fue de 17,5%, el de la de consumo 12,2%, el de la del microcrédito 10,4%, y el de la comercial 1,2%. Los aumentos en los tres primeros renglones no son para nada despreciables si se tiene en cuenta que la inflación anual está en 2,2%.
Sin embargo, el bajo crecimiento reciente de la cartera comercial es indicativo del esfuerzo que están realizando actualmente los establecimientos de crédito para continuar con sus procesos de saneamiento. De hecho, a pesar de las mejoras recientes en los indicadores de calidad y cubrimiento, todavía no se alcanzan los niveles de 2006, que pueden considerarse como relativamente óptimos.
En 2006, el indicador de calidad tradicional de la cartera total estaba por debajo de 3% y el de la cartera comercial por debajo de 2%. Por otro lado, el índice de cubrimiento tradicional de la cartera total se aproximaba a 150%. Para alcanzar estos niveles queda aún un trecho por recorrer, que se acortaría apresuradamente con un crecimiento económico sostenido superior a 5% anual.