Ha dejado de reportar cifras confiables en áreas fundamentales del desempeño económico como la inflación y el PIB. Enfrenta una expulsión del Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

El FMI le fijó a Argentina un plazo hasta el 17 de diciembre de 2012 para cumplir con los mínimos estándares de calidad en la información oficial que se le exigen a sus 188 miembros. Argentina reportó para 2011 un crecimiento del PIB de 8,9%, pero analistas independientes calculan que esta cifra está sobrevalorada en por lo menos tres puntos porcentuales. De la misma manera, las cifras oficiales sobre inflación anual la sitúan en 10%, pero valoraciones independientes la estiman en mas de 25%. También hay grandes dudas sobre la información oficial relativa a la situación fiscal del país.

La última vez que el FMI expulsó a un miembro por no proveer la información económica requerida fue en 1954 en el caso de la Checoslovaquia cuando hacía parte del bloque soviético. La resolución de expulsión de un país requiere el apoyo de por lo menos un 85% de los derechos de votos de la institución.

Es realmente intrigante como un gobierno puede administrar su política macroeconómica sin tener un mínimo de información confiable. La cuestión no sería tan grave si no fuera porque el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner es de esos de corte muy intervencionista que disfruta torturar a la población entrometiéndose en diversos aspectos del día a día económico.