La situación empieza a ser crítica especialmente en Estados Unidos. Según el Departamento de Energía los inventarios del crudo han alcanzado los niveles mas altos de los últimos 80 años.
En los últimos siete meses Estados Unidos ha venido produciendo e importando en promedio 1 millón de barriles diarios mas de lo que consume. Como resultado los tanques de almacenamiento están casi llenos. Así lo informa Jonanthan Fahey de la agencia AP (“US running out of room to store oil; price collapse next?”, marzo 3 de 2015).
Por ejemplo, se estima que las mayores facilidades de almacenamiento que tiene Estados Unidos, y que están situadas en el pequeño pueblo de Cushing en Oklahoma, se coparán totalmente hacia mediados de abril, si se mantiene el ritmo actual de acumulación de inventarios. La situación no es muy diferente en otras facilidades.
Es por eso que algunos analistas consideran que el precio internacional del petróleo podría llegar a caer a lo impensado: a US$20 barril. Una de las razones por las cuales el precio del petróleo no se ha desplomado aun mas es por las restricciones a las exportaciones de petróleo liviano del gobierno federal. Actualmente Estados Unidos está produciendo mas petróleo liviano del que puede procesar en sus refinerías, muchas de las cuales están condicionadas para utilizar solamente petróleo pesado. Parte de ese petróleo liviano es el que está almacenándose en lugares como Cushing.
Como sea, lo cierto es que el panorama de los precios luce muy desalentador especialmente en los próximos meses, antes de la llegada del verano y de las vacaciones de julio cuando la demanda se reactiva. Pero aunque se prevé una mayor demanda hacia mediados del año la verdad es que la producción de petróleo de Estados Unidos ha continuado aumentando. Si bien las petroleras han empezado a recortar nuevos proyectos de perforación, eso todavía está lejos de reflejarse en reducciones de la oferta.
A estas alturas del paseo, no es para nada claro cuándo se cerrará la brecha entre la oferta y la demanda de hidrocarburos a nivel planetario. Mientras ello no suceda la tendencia de los precios internacionales será hacia la baja, así haya cortos períodos de recuperación.
Prevalece la sensación de que la nueva capacidad de producción de Estados Unidos (y Canadá) llegó para quedarse. Dada la eficiencia de sus nuevas tecnologías de explotación y su rápida capacidad de respuesta a eventuales alzas en los precios, será el resto del mundo el que tendrá que adaptarse a la actual producción adicional de Norteamérica, y no al revés como fue el caso en los años ochenta y como es la aspiración de Arabia Saudita y otros tradicionales productores.
Por ejemplo, se estima que las mayores facilidades de almacenamiento que tiene Estados Unidos, y que están situadas en el pequeño pueblo de Cushing en Oklahoma, se coparán totalmente hacia mediados de abril, si se mantiene el ritmo actual de acumulación de inventarios. La situación no es muy diferente en otras facilidades.
Es por eso que algunos analistas consideran que el precio internacional del petróleo podría llegar a caer a lo impensado: a US$20 barril. Una de las razones por las cuales el precio del petróleo no se ha desplomado aun mas es por las restricciones a las exportaciones de petróleo liviano del gobierno federal. Actualmente Estados Unidos está produciendo mas petróleo liviano del que puede procesar en sus refinerías, muchas de las cuales están condicionadas para utilizar solamente petróleo pesado. Parte de ese petróleo liviano es el que está almacenándose en lugares como Cushing.
Como sea, lo cierto es que el panorama de los precios luce muy desalentador especialmente en los próximos meses, antes de la llegada del verano y de las vacaciones de julio cuando la demanda se reactiva. Pero aunque se prevé una mayor demanda hacia mediados del año la verdad es que la producción de petróleo de Estados Unidos ha continuado aumentando. Si bien las petroleras han empezado a recortar nuevos proyectos de perforación, eso todavía está lejos de reflejarse en reducciones de la oferta.
A estas alturas del paseo, no es para nada claro cuándo se cerrará la brecha entre la oferta y la demanda de hidrocarburos a nivel planetario. Mientras ello no suceda la tendencia de los precios internacionales será hacia la baja, así haya cortos períodos de recuperación.
Prevalece la sensación de que la nueva capacidad de producción de Estados Unidos (y Canadá) llegó para quedarse. Dada la eficiencia de sus nuevas tecnologías de explotación y su rápida capacidad de respuesta a eventuales alzas en los precios, será el resto del mundo el que tendrá que adaptarse a la actual producción adicional de Norteamérica, y no al revés como fue el caso en los años ochenta y como es la aspiración de Arabia Saudita y otros tradicionales productores.