En el cuarto trimestre de 2012 el PIB de Estados Unidos cayó 0,1%. Se trata del primer descenso desde el segundo trimestre de 2009.
Los analistas estaban esperando un aumento del PIB de 1,1% luego del pequeño repunte que se presentó en el tercer trimestre cuando creció 3,1%. De manera que el resultado fue hasta cierto punto sorpresivo. En su momento algunos analistas acusaron al gobierno de inflar la cifra del tercer trimestre en vísperas de las elecciones presidenciales para favorecer las aspiraciones electorales de Barack Obama.
Como sea, los renglones que arrastraron al PIB a un desempeño negativo fueron principalmente el gasto público, los inventarios y las exportaciones. En el caso del gasto público, se presentó una caída de 22,2% del gasto en el sector de defensa, el mayor de las últimas cuatro décadas. El gasto público a todos los niveles gubernamentales se redujo en 6,6%.
A su vez, las variaciones en inventarios le restaron 1,3% al PIB, en tanto que las exportaciones disminuyeron en 5,7%. El comportamiento de inventarios refleja un deterioro en las expectativas empresariales en relación con el futuro de la economía, a la vez que la caída en las exportaciones es resultado de la desaceleración de la economía global.
En el lado positivo de los resultados, el consumo de hogares se incrementó en 2,2% y la inversión de las empresas en 8,4%. Estos dos renglones podrán verse afectados en el cercano futuro con el aumento de los impuestos recientemente aprobados por el Congreso y por los mayores aportes a la seguridad social originados en la reforma a la salud de Obama.
Cabe anotar que la inversión en edificación residencial, incluidas mejoras de las viviendas, aumentó 15,3%, lo que ratifica la apreciación de que el sector de la construcción urbana ha empezado a salir del hueco en el que estuvo sumergida durante los últimos cinco años.
Ahora bien, año completo 2012 el crecimiento del PIB fue 2,2%, el que se compara favorablemente con 1,8% de 2011. Es evidente que el gobierno de Obama logró postergar en año electoral un ajuste fiscal que no daba espera y que en los próximos trimestres incidirá negativamente sobre el desempeño de la principal economía del planeta, tal como ya sucedió en el último trimestre del año pasado.
Como sea, los renglones que arrastraron al PIB a un desempeño negativo fueron principalmente el gasto público, los inventarios y las exportaciones. En el caso del gasto público, se presentó una caída de 22,2% del gasto en el sector de defensa, el mayor de las últimas cuatro décadas. El gasto público a todos los niveles gubernamentales se redujo en 6,6%.
A su vez, las variaciones en inventarios le restaron 1,3% al PIB, en tanto que las exportaciones disminuyeron en 5,7%. El comportamiento de inventarios refleja un deterioro en las expectativas empresariales en relación con el futuro de la economía, a la vez que la caída en las exportaciones es resultado de la desaceleración de la economía global.
En el lado positivo de los resultados, el consumo de hogares se incrementó en 2,2% y la inversión de las empresas en 8,4%. Estos dos renglones podrán verse afectados en el cercano futuro con el aumento de los impuestos recientemente aprobados por el Congreso y por los mayores aportes a la seguridad social originados en la reforma a la salud de Obama.
Cabe anotar que la inversión en edificación residencial, incluidas mejoras de las viviendas, aumentó 15,3%, lo que ratifica la apreciación de que el sector de la construcción urbana ha empezado a salir del hueco en el que estuvo sumergida durante los últimos cinco años.
Ahora bien, año completo 2012 el crecimiento del PIB fue 2,2%, el que se compara favorablemente con 1,8% de 2011. Es evidente que el gobierno de Obama logró postergar en año electoral un ajuste fiscal que no daba espera y que en los próximos trimestres incidirá negativamente sobre el desempeño de la principal economía del planeta, tal como ya sucedió en el último trimestre del año pasado.