Los medios tradicionales de comunicación se han hecho los de la vista gorda con el espionaje que la administración de Barack Obama le hizo a Donald Trump y a su campaña presidencial de 2016.
En este tema de Trump casi todos los medios tradicionales solo difunden fake news. Tal es el caso, por ejemplo, de canales de televisión como CNN, ABC, NBC y MSNBC, medios impresos como New York Times y Washington Post, y otros tradicionales de Colombia y del resto del planeta.
Para la muestra un botón: dos años hablando, escribiendo y comentando falsedades sobre Trump y su supuesta colusión con Rusia. Cuánta perdedera de tiempo para su audiencia. Qué intento tan burdo de manipulación de “la verdad”. En últimas, qué falta de profesionalismo.
Estos medios casi nunca se refieren a los logros de Trump, que tanto en economía como en otras áreas son muchos y muy especiales. Pero había que ver cómo se explayaban en elogios cuando se referían a Obama, cuya presidencia se distinguió por sus escasos éxitos.
Lo que se viene va a ser muy interesante. Saldrá a la luz en los próximos dos meses lo que fue el espionaje ilegal a Trump y su campaña. Pero esto, que es la noticia política del momento en Estados Unidos, no es comentado por los medios tradicionales. Cuando estalle el escándalo, se rasgarán las vestiduras con el mismo descaro de como lo han hecho desde que fue presentado el informe Mueller.
Toda la plana mayor de la administración Obama está comprometida en lo que algunos, incluido Trump, han llamado “spygate”. Involucrados James Comey (ex director del FBI), John Brennan (ex director de la CIA), James Clapper (ex director de la NSA), y Loretta Lynch (ex fiscal general). Y de ahí hacía abajo, los que fueron sus principales inmediatos subalternos. Todos ellos enredados en maquinaciones dirigidas a destruir a Trump antes y después de su elección.
Pero no solo ellos. Obama aparentemente estuvo al tanto y aprobó estas actividades ilegales. Muchas de las comunicaciones entre los conspiradores ofrecen comprometedores indicios de que tal fue el caso. De manera que lo que se viene es un escándalo de proporciones mayúsculas, sobre el cual, para estar informados, hay que acudir a los medios de comunicación que no son hostiles a Trump.