En 2021 las ventas en términos reales del comercio minorista registraron un aumento de 17,8%, lo que contrasta con una disminución de 7,8% en 2020.
Los sectores con el mayor desempeño positivo fueron: calzado y artículos de cuero (+45,4% en 2021 y -33,9% en 2020); prendas de vestir y textiles (+44,9% y -28,0%); otros vehículos automotores y motocicletas (+44,8% y -23,5%); vehículos automotores y motocicletas especialmente para uso de hogares (+41,8% y -21,3%); artículos de ferretería, vidrios y pinturas (+28,7% y -8,0%); repuestos, autopartes y lubricantes (+26,1% y -17,0%); equipo de informática y telecomunicaciones para uso personal o doméstico (+23,8% y +28,5%); combustibles para vehículos automotores (+20,0% y -14,5%); y artículos y utensilios de uso doméstico (+19,9% y -3,4%)
Los sectores con un desempeño intermedio fueron: electrodomésticos y muebles para el hogar (+15,8% en 2021 y +9,4% en 2020); bebidas alcohólicas y tabaco (+15,2% y +0,9%); productos para el aseo del hogar (+13,4% y +21,2%); bebidas no alcohólicas (+9,1% y -10,2%); productos farmacéuticos y medicinales (+8,5% y 0,0%); y productos de aseo personal, cosméticos y perfumería (+7% y -3,0%).
A su vez, los sectores de menor dinamismo fueron: libros, papelería, periódicos, revistas y útiles escolares (+o,9 en 2021 y -16,0% en 2020); equipo y aparatos de sonido y televisores (-1,3% y +13,5%); y alimentos o víveres en general (-4,3% y +6,5%).
En 2021 el comercio minorista experimentó un fuerte rebote frente a la contracción de 2020 y que se originó en las restricciones que se impusieron a raíz de la pandemia del Covid-19. La muy expansiva política monetaria y fiscal que adoptó el gobierno, unas tasas de interés bajas, así como una relativa estabilidad de la tasa de cambio durante la mayor parte del año, contribuyeron de manera destacada a este positivo comportamiento.
El elevado dinamismo del comercio minorista luego de la contracción de 2020 refleja igualmente la fortaleza intrínseca de este fundamental sector de la economía colombiana.
Para 2022 se espera que gradualmente pierda impulso la gran liquidez que viene del año anterior debido al aumento de la inflación, a un inevitable incremento en las tasas de interés y a un eventual ajuste dirigido a reducir los actuales altos déficit en las cuentas fiscales y externas.