El área de las licencias aprobadas de construcción (cifras de 88 municipios) aumentó 3,2% frente a la de 2018. La de vivienda se incrementó en 6,5% y la de otros destinos disminuyó 12,2%.
Luego de tres años consecutivos de caída en 2019 se registró una leve recuperación. Sin embargo, buena parte de esa recuperación se originó en el desempeño del último mes del año.
En efecto, en diciembre de 2019 hubo un aumento del área aprobada de licencias de 125,9% frente al mismo mes del año anterior en el caso de vivienda, y de 31,8% en el caso de otros destinos. En relación con noviembre de 2019 el incremento en diciembre del área total de licencias fue de 103,8%.
Este inusitado aumento de diciembre se dio en varias regiones incluidas Bogotá y Cundinamarca, Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico, Norte de Santander, Tolima, Córdoba, Cesar, Sucre, Meta, Magdalena, Quindío, Caquetá y Arauca.
Probablemente las elecciones locales tuvieron algo que ver con este desempeño atípico. Ante las incertidumbres con los cambios en enero de 2020 a raíz de la llegada de nuevas administraciones municipales, los constructores se anticiparon a lograr la aprobación de sus licencias en el terreno conocido de las administraciones salientes (y éstas a aprobar lo represado).
Como sea, en licencias diferentes a vivienda, la variación año completo (doce meses de 2019 frente a doce meses de 2018) fue la siguiente: comercio +3,9%; educación -35,1%; bodegas +15,3%; oficinas -47,9%; hospitales +25,2%; industria -25,3%; social recreacional +4,0%; administración pública +0,4%; religioso +3,2%; y otro +32,2%.
Habrá que esperar para saber si el fuerte aumento en el área de las licencias aprobadas en diciembre de 2019 (que en el caso de vivienda se dio fundamentalmente en los estratos bajo, medio-bajo y medio) se compensará con un no auspicioso desempeño en los primeros meses de 2020. Y también falta ver si ese mayor dinamismo se reflejará a corto plazo en actividad constructora propiamente dicha.
Para un repunte en firme de la actividad edificadora se requiere de tasas de crecimiento mas aceleradas que las actuales, de altos niveles de inversión extranjera, de un sector externo mas dinámico que el actual en el frente exportador y de una estabilidad en la tasa de cambio. Se requiere, en últimas, de una reactivación económica que se traduzca en disminuciones en la tasa de desempleo y en aumentos en los ingresos de hogares no basados en crecimientos de la deuda.
De manera que aunque en estos primeros meses de 2020 la economía ha continuado por un sendero de crecimiento económico ligeramente superior al 3%, y que la aprobación de la ley tributaria de finales del año pasado constituye una buena noticia (entre otras, redujo los impuestos a la vivienda de lujo), todavía es prematuro concluir que están dadas las condiciones para el inicio de un ciclo ascendente en la actividad edificadora.