El rescate de Chipre por parte de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) sentó un precedente que produjo temores de contagio en los mercados financieros internacionales.
Chipre es un pequeño país con un PIB de unos 18.000 millones de euros y una población de 800.000 personas, pero con un sector financiero sobre dimensionado. La razón es que la isla es un paraíso fiscal que ha administrado ahorro proveniente de distintos lugares del planeta. Se estima que las compañías y personas naturales de Rusia han depositado allí cerca de 23.000 millones de euros y otros inversionistas de otras nacionalidades (incluidos los de Chipre) alrededor de 47.000 millones de euros.
Pues bien, desde hace algún tiempo el sistema financiero de Chipre está en problemas y se ha venido negociando un paquete de ayuda para su salvamento. Finalmente se llegó a un acuerdo sobre un salvamento de 10.000 millones de euros. Aunque este monto es mínimo en comparación con los rescates de Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia, lo que es diferente y sienta un precedente es que se resolvió que parte del costo recayera sobre los depositantes o ahorradores.
La UE y el FMI le torcieron el brazo al gobierno de Chipre para imponer un impuesto de 6,75% sobre los depósitos menores a 100.000 euros y de 9,9% sobre depósitos mayores a esa cifra para así financiar unos 5.800 millones de euros del paquete total aprobado de los 10.000 millones de euros. Para la implementación de estas medidas se escogió un fin de semana largo.
Es la primera vez que el costo de un salvamento recae sobre ahorradores grandes y pequeños. En salvamentos anteriores ese costo había recaído exclusivamente sobre contribuyentes y acreedores.
Naturalmente este nuevo precedente produjo toda clase de reacciones en círculos financieros internacionales. Se expresaron temores sobre una posibilidad de contagio en países con sistemas financieros debilitados.
Uno de los mas críticos fue el columnista Thomas Pascoe del Daily Telegraph (18 de marzo de 2013) quien señaló: “El principio de que no hay una división entre la propiedad privada y la propiedad comunal y que sus ahorros pueden ser expoliados por un gobierno cuando lo considere oportuno, es vergonzoso en cualquier sistema político diferente al comunismo. La idea de que un gobierno que ha malgastado el dinero de contribuyentes y acreedores puede apropiarse de una tajada de su saldo bancario durante un fin de semana antes de que los bancos reabran sus puertas es mas que una parodia”.
Pues bien, desde hace algún tiempo el sistema financiero de Chipre está en problemas y se ha venido negociando un paquete de ayuda para su salvamento. Finalmente se llegó a un acuerdo sobre un salvamento de 10.000 millones de euros. Aunque este monto es mínimo en comparación con los rescates de Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia, lo que es diferente y sienta un precedente es que se resolvió que parte del costo recayera sobre los depositantes o ahorradores.
La UE y el FMI le torcieron el brazo al gobierno de Chipre para imponer un impuesto de 6,75% sobre los depósitos menores a 100.000 euros y de 9,9% sobre depósitos mayores a esa cifra para así financiar unos 5.800 millones de euros del paquete total aprobado de los 10.000 millones de euros. Para la implementación de estas medidas se escogió un fin de semana largo.
Es la primera vez que el costo de un salvamento recae sobre ahorradores grandes y pequeños. En salvamentos anteriores ese costo había recaído exclusivamente sobre contribuyentes y acreedores.
Naturalmente este nuevo precedente produjo toda clase de reacciones en círculos financieros internacionales. Se expresaron temores sobre una posibilidad de contagio en países con sistemas financieros debilitados.
Uno de los mas críticos fue el columnista Thomas Pascoe del Daily Telegraph (18 de marzo de 2013) quien señaló: “El principio de que no hay una división entre la propiedad privada y la propiedad comunal y que sus ahorros pueden ser expoliados por un gobierno cuando lo considere oportuno, es vergonzoso en cualquier sistema político diferente al comunismo. La idea de que un gobierno que ha malgastado el dinero de contribuyentes y acreedores puede apropiarse de una tajada de su saldo bancario durante un fin de semana antes de que los bancos reabran sus puertas es mas que una parodia”.