Lo que algunos celebraron como el “milagro económico ecuatoriano” se esfumó a partir del segundo semestre de 2015 cuando cayó el preció internacional del petróleo.

 

En el segundo semestre de 2015 el PIB cayó 1,4% frente al mismo período del año anterior. En el primer semestre de 2016 el desplome fue de 3,2%. En el tercer trimestre de 2016 el descenso fue de 1,6%. Han sido cinco trimestres continuos de contracción de la actividad económica.

Aunque a finales del año pasado y comienzos de este, la economía ecuatoriana aparentemente ha dejado de contraerse, lo que ha coincidido con un repunte del precio internacional del petróleo, pocos apuestan a que estén dadas las condiciones para una firme reactivación en 2017.

El gobierno de Rafael Correa acudió a la colocación de costosos bonos en el exterior para salir de “la olla”. En julio y septiembre de 2016 colocó US$2.000 millones de bonos con vencimiento a 6 años y una tasa de interés de 10,75%, que es superior a las que le cobran a varios países del África. Posteriormente en diciembre de 2016 logró colocar US$750 millones con vencimiento a 10 años y una tasa de interés de 9,65%.

Con estos recursos y gracias al repunte reciente del precio del internacional del petróleo Ecuador logró aumentar las reservas internacionales de US$2.159 millones a finales de mayo de 2016 (un bajísimo nivel cercano a dos meses de importaciones de bienes) a US$4.259 millones (mas o menos tres meses de importaciones de bienes).

“Pasando aceite” y con endeudamiento relativamente alto es como llega la economía ecuatoriana a la primera vuelta de las elecciones presidenciales el 19 de febrero de 2017 y a una probable segunda vuelta el 2 de abril.