Desde Obama, hasta Hollande y pasando por el Papa Francisco, las reacciones iniciales al ataque de Paris fueron bobaliconas, por decir lo menos.
El caso de Barack Obama es bastante diciente. Este personaje, después de que horas antes había dicho "hemos frenado a Isis", salió a pronunciarse apenas ocurrió el ataque en la capital francesa: “No quiero especular sobre quién hizo el ataque”. Si no quiere especular sobre aquello de que gallina lo pone y huevo se llama, simplemente limítese a dar sus condolencias al pueblo francés y ya. A este Presidente cómo le cuesta llamar las cosas por su nombre, especialmente cuando se trata de acciones terroristas del islamismo radical.
Francois Hollande, a su vez, lo primero que dijo es “parece que se trata de un ataque terrorista”. Con bombas y tiroteos a su alrededor en pleno centro de París, qué mas podía ser sino un ataque terrorista. Y quién mas lo podía hacer sino los islámicos radicales que se mueven en su país como “Pedro por su casa”.
Pero el Papa Francisco se lleva el premio. “Es la guerra del Tercer Mundo” dijo al puro comienzo de los ataques. ¿Del Tercer Mundo? ¿Acaso los hindúes y otros asiáticos, los africanos no islámicos, y los latinoamericanos, se pasean por el planeta poniendo bombas y sembrando el terror? La gran mayoría del llamado por Francisco “Tercer Mundo” nada tiene que ver con las tenebrosas acciones del radicalismo islámico.
Mas adelante el Papa señaló que esas acciones “no eran humanas”. Pues claro que son humanas. Si algo muestra la historia es que el ser humano es capaz de lo mejor, pero también de lo peor. Así somos los humanos. Si no fuéramos así no hubieran existido la Primera y la Segunda Guerra Mundial, ni las matanzas de millones por parte de personajes como Stalin, Mao, Hitler y Pol Pot, solo para citar unos pocos casos recientes.
La maldad del ser humano no tiene límites. Está sembrada en lo mas íntimo de su naturaleza, así tengamos la pretensión bobalicona de que ella es el resultado de una especie de mal entendido.
En el caso que nos ocupa se trata del terrorismo propiciado por una religión. Digamos que es un extremismo religioso, pero el problema es que es financiado por Arabia Saudita y varios otros gobiernos islámicos, impulsado abiertamente por muchos de sus líderes religiosos, y tolerado por personas pertenecientes a esa religión que se auto califican como “moderadas”.
Francois Hollande, a su vez, lo primero que dijo es “parece que se trata de un ataque terrorista”. Con bombas y tiroteos a su alrededor en pleno centro de París, qué mas podía ser sino un ataque terrorista. Y quién mas lo podía hacer sino los islámicos radicales que se mueven en su país como “Pedro por su casa”.
Pero el Papa Francisco se lleva el premio. “Es la guerra del Tercer Mundo” dijo al puro comienzo de los ataques. ¿Del Tercer Mundo? ¿Acaso los hindúes y otros asiáticos, los africanos no islámicos, y los latinoamericanos, se pasean por el planeta poniendo bombas y sembrando el terror? La gran mayoría del llamado por Francisco “Tercer Mundo” nada tiene que ver con las tenebrosas acciones del radicalismo islámico.
Mas adelante el Papa señaló que esas acciones “no eran humanas”. Pues claro que son humanas. Si algo muestra la historia es que el ser humano es capaz de lo mejor, pero también de lo peor. Así somos los humanos. Si no fuéramos así no hubieran existido la Primera y la Segunda Guerra Mundial, ni las matanzas de millones por parte de personajes como Stalin, Mao, Hitler y Pol Pot, solo para citar unos pocos casos recientes.
La maldad del ser humano no tiene límites. Está sembrada en lo mas íntimo de su naturaleza, así tengamos la pretensión bobalicona de que ella es el resultado de una especie de mal entendido.
En el caso que nos ocupa se trata del terrorismo propiciado por una religión. Digamos que es un extremismo religioso, pero el problema es que es financiado por Arabia Saudita y varios otros gobiernos islámicos, impulsado abiertamente por muchos de sus líderes religiosos, y tolerado por personas pertenecientes a esa religión que se auto califican como “moderadas”.