Según el ministro de Finanzas y Planificación Jorge Giordani, el PIB de Venezuela aumentará entre 3% y 4% en 2010. ¿En qué país vive?
No es la primera vez que este ministro hace el ridículo. Giordani había proyectado que la economía venezolana crecería 4% en 2009. Pero según el estimativo preliminar oficial, en lugar de crecer, el PIB cayó 2,9%. El desfase de las proyecciones de Giordani fue del 170%. Y eso sin considerar la posibilidad de que la caída del PIB haya sido superior, porque así como Giordani “juega” con las proyecciones, así también lo hace con las cifras del pasado. Este personaje es un deshonesto intelectual, al igual que su jefe Hugo Chávez.
Resulta que el sector productivo venezolano actualmente está postrado. La inversión paralizada y desmoralizada por la hostilidad del gobierno, el crédito en picada por la crisis que atraviesa el sistema financiero, las líneas de producción de las principales industrias detenidas por la falta de energía eléctrica y de insumos importados, la producción petrolera en descenso por el grave deterioro de su infraestructura, el sector de la construcción en plena destorcida luego de la burbuja producida por la bonanza petrolera de años anteriores, y el consumo de hogares afectado por un creciente desempleo y por una inflación galopante.
Pero esa Venezuela no es la de Giordani. La Venezuela de Giordani es la de Hugo Chávez, una Venezuela en la cual la realidad no es la que es sino la que el gobierno dice que es. Nada que ver. Los analistas más avezados proyectan que el PIB de Venezuela podría nuevamente caer en este año alrededor de 2%, si es que se supera sin mayores traumatismos la crisis eléctrica, lo cual hoy por hoy es un supuesto que luce optimista.
Resulta que el sector productivo venezolano actualmente está postrado. La inversión paralizada y desmoralizada por la hostilidad del gobierno, el crédito en picada por la crisis que atraviesa el sistema financiero, las líneas de producción de las principales industrias detenidas por la falta de energía eléctrica y de insumos importados, la producción petrolera en descenso por el grave deterioro de su infraestructura, el sector de la construcción en plena destorcida luego de la burbuja producida por la bonanza petrolera de años anteriores, y el consumo de hogares afectado por un creciente desempleo y por una inflación galopante.
Pero esa Venezuela no es la de Giordani. La Venezuela de Giordani es la de Hugo Chávez, una Venezuela en la cual la realidad no es la que es sino la que el gobierno dice que es. Nada que ver. Los analistas más avezados proyectan que el PIB de Venezuela podría nuevamente caer en este año alrededor de 2%, si es que se supera sin mayores traumatismos la crisis eléctrica, lo cual hoy por hoy es un supuesto que luce optimista.