La economía venezolana se contrajo 2,4% en el segundo trimestre de 2009. Desde 2003 no se registraba un descenso.
Con este resultado, la disminución del PIB en el primer semestre fue de 1%. Lo más preocupante es la tendencia: mientras que en otros países hay indicios de que la recesión tocó fondo e incluso, de que empieza la recuperación, en el caso de Venezuela el piso no está a la vista.
El sector de hidrocarburos se contrajo en 4,2% en el segundo trimestre, mientras que la producción industrial se redujo en 8,5% y el comercio en 6,5%. Sólo los sectores de construcción y comunicaciones mostraron signos positivos. Hay que tener presente que las cifras del PIB del Banco Central están bajo cuestionamiento desde que esa entidad perdió su independencia, de manera que posiblemente la caída pudo haber sido mayor a la que se dio a conocer públicamente.
Venezuela llega a esta recesión en medio de una alta inflación (cercana al 28% anual), con un sector privado diezmado y destrozado por políticas gubernamentales hostiles, con una tasa de cambio muy sobre valuada, y con un sistema de controles de precios que ha distorsionado por completo el funcionamiento de los diferentes mercados. Además, con un manejo fiscal sin transparencia alguna, que no permite conocer la magnitud del déficit.
El ministro de Finanzas Alí Rodríguez comentó que la contracción del segundo trimestre no era dramática y que por fortuna los precios internacionales del petróleo están al alza. Lo cierto es que como nunca antes en su historia reciente, la economía venezolana depende de lo que acontezca con esos precios. El gobierno de Chávez finalmente logró convertir a la economía venezolana en una economía zombie, cuya supervivencia depende exclusivamente de las transfusiones de dólares provenientes de la venta de petróleo. Aparte del petróleo, no hay ningún otro sector productivo que esté en condiciones de contribuir a liderar la salida de la recesión.
Aún en el caso del petróleo, a pesar de los inmensos recursos que le ingresaron a PDVSA durante 2005–2008, la producción es actualmente dos terceras partes de la que se alcanzó a finales de los años noventa. Venezuela tiene una de las mayores reservas del mundo de petróleo y gas natural y lo único que ha sucedido durante los diez años de gobierno de Hugo Chávez es un deterioro en la infraestructura productiva de ambos sectores.
El sector de hidrocarburos se contrajo en 4,2% en el segundo trimestre, mientras que la producción industrial se redujo en 8,5% y el comercio en 6,5%. Sólo los sectores de construcción y comunicaciones mostraron signos positivos. Hay que tener presente que las cifras del PIB del Banco Central están bajo cuestionamiento desde que esa entidad perdió su independencia, de manera que posiblemente la caída pudo haber sido mayor a la que se dio a conocer públicamente.
Venezuela llega a esta recesión en medio de una alta inflación (cercana al 28% anual), con un sector privado diezmado y destrozado por políticas gubernamentales hostiles, con una tasa de cambio muy sobre valuada, y con un sistema de controles de precios que ha distorsionado por completo el funcionamiento de los diferentes mercados. Además, con un manejo fiscal sin transparencia alguna, que no permite conocer la magnitud del déficit.
El ministro de Finanzas Alí Rodríguez comentó que la contracción del segundo trimestre no era dramática y que por fortuna los precios internacionales del petróleo están al alza. Lo cierto es que como nunca antes en su historia reciente, la economía venezolana depende de lo que acontezca con esos precios. El gobierno de Chávez finalmente logró convertir a la economía venezolana en una economía zombie, cuya supervivencia depende exclusivamente de las transfusiones de dólares provenientes de la venta de petróleo. Aparte del petróleo, no hay ningún otro sector productivo que esté en condiciones de contribuir a liderar la salida de la recesión.
Aún en el caso del petróleo, a pesar de los inmensos recursos que le ingresaron a PDVSA durante 2005–2008, la producción es actualmente dos terceras partes de la que se alcanzó a finales de los años noventa. Venezuela tiene una de las mayores reservas del mundo de petróleo y gas natural y lo único que ha sucedido durante los diez años de gobierno de Hugo Chávez es un deterioro en la infraestructura productiva de ambos sectores.
Lo que si no se ha contraído en Venezuela, sino que antes bien ha ido en aumento, son los agresivos e incendiarios discursos de Hugo Chávez y la promulgación por parte de la Asamblea Nacional de leyes y más leyes sobre lo divino y lo humano. Pero ni la verborrea ni el desenfreno legislativo cuentan a la hora de medir el PIB.