Hasta ahora las encuestas mas relevantes le dan una pequeña ventaja a Mitt Rommey en la elección presidencial de Estados Unidos.
Generalmente los partidarios de Obama sacan a relucir encuestas de votantes registrados (registered voters) en lugar de encuestas de votantes probables (likely voters). Varias de las encuestas de votantes registrados tienen un sesgo a favor de los Demócratas como resultado de la pasada elección en la cual ganó Obama. Desde entonces el electorado ha cambiado en forma significativa en detrimento de los Demócratas, tal como se pudo apreciar en las elecciones para Congreso de 2010 y en otras elecciones puntuales que se han realizado en algunos sitios del país.
Las encuestas basadas en muestras de votantes probables indican que la elección está muy reñida. Tal es el caso de las realizadas todos los días por Gallup y por Rasmussen. Ambas encuestadoras últimamente han mostrado a Romney consistentemente entre 45% y 47% de la intención de voto y a Obama entre un 43% y 46%.
Pero esta pequeña ventaja a favor de Romney podría ser mayor si se tiene en cuenta que los indecisos, que representan entre un 7% a 9% de los probables votantes, siempre tienden a votar en mayor proporción en contra del candidato mas conocido, en este caso Obama. La historia indica que en elecciones en las que está en juego una reelección presidencial los indecisos tienden a inclinarse a favor del retador en una proporción de 70% a 30%.
Como se sabe, el mayor talón de Aquiles de Obama es la economía. Dado que no se espera un repunte económico de aquí a comienzos de noviembre, este factor pesará bastante el día de la elección. Obama depende del entusiasmo para ir a las urnas de grupos como los afro americanos, los latinos y los jóvenes, pero es claro que la mala situación económica actual ha hecho mella en dicho entusiasmo. Es más, entre los más jóvenes de hoy en día, a diferencia de quienes lo fueron en la pasada elección hace cuatro años, Obama no mueve mayormente las agujas.
Por otro lado, una de las ventajas que posee todo Presidente de Estados Unidos en su intento de reelección es de la recolección de dineros para la campaña. En este caso Obama ha recogido cerca de US$700 millones y es posible que llegue a los US$1.000 millones que se estimó hace un tiempo. Pero para sorpresa de muchos Romney no se ha quedado atrás y recogerá una suma similar.
La diferencia, sin embargo, es que Obama ha llevado un ritmo de gasto bastante superior a Romney, por lo que a finales de agosto el que cuenta con una ventaja es el retador. No solamente tiene cerca de US$100 millones más en caja sino que al entrar a la recta final la campaña está recaudando mas que Obama y no tiene la costosa y aparentemente ineficiente infraestructura que ha montado el Presidente para hacerse reelegir.
De hecho, el mayor gasto durante mayo y agosto de Obama no se ha traducido en cambios de alguna importancia en la intención de voto, circunstancia que tiene muy preocupados a quienes dirigen esta campaña. La publicidad negativa en contra de Romney sencillamente no ha dado resultados.
Como sea, la elección entrará en su etapa decisiva después de la Convención Republicana a finales de agosto. Romney llega a la recta final con una relativamente alta intención de voto y con ventaja en cuanto a financiación. Tiene a su favor la mala situación económica, que siempre ha sido determinante en este tipo de elecciones, no solamente en Estados Unidos sino también en casi todos los países.
Vendrán los debates por la televisión y las pasiones partidistas se encenderán hasta el límite. Nunca puede descartarse la posibilidad de imprevistos que incidan en los resultados finales. Pero si se tratara de proyectar el resultado final en este momento, es decir unos días antes de la Convención Republicana, y en ausencia de estos imprevistos, la balanza se inclinaría a favor de Romney en una proporción 53% a 47%, que sería suficiente para que obtuviera sin problemas una mayoría en el colegio electoral.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
Las encuestas basadas en muestras de votantes probables indican que la elección está muy reñida. Tal es el caso de las realizadas todos los días por Gallup y por Rasmussen. Ambas encuestadoras últimamente han mostrado a Romney consistentemente entre 45% y 47% de la intención de voto y a Obama entre un 43% y 46%.
Pero esta pequeña ventaja a favor de Romney podría ser mayor si se tiene en cuenta que los indecisos, que representan entre un 7% a 9% de los probables votantes, siempre tienden a votar en mayor proporción en contra del candidato mas conocido, en este caso Obama. La historia indica que en elecciones en las que está en juego una reelección presidencial los indecisos tienden a inclinarse a favor del retador en una proporción de 70% a 30%.
Como se sabe, el mayor talón de Aquiles de Obama es la economía. Dado que no se espera un repunte económico de aquí a comienzos de noviembre, este factor pesará bastante el día de la elección. Obama depende del entusiasmo para ir a las urnas de grupos como los afro americanos, los latinos y los jóvenes, pero es claro que la mala situación económica actual ha hecho mella en dicho entusiasmo. Es más, entre los más jóvenes de hoy en día, a diferencia de quienes lo fueron en la pasada elección hace cuatro años, Obama no mueve mayormente las agujas.
Por otro lado, una de las ventajas que posee todo Presidente de Estados Unidos en su intento de reelección es de la recolección de dineros para la campaña. En este caso Obama ha recogido cerca de US$700 millones y es posible que llegue a los US$1.000 millones que se estimó hace un tiempo. Pero para sorpresa de muchos Romney no se ha quedado atrás y recogerá una suma similar.
La diferencia, sin embargo, es que Obama ha llevado un ritmo de gasto bastante superior a Romney, por lo que a finales de agosto el que cuenta con una ventaja es el retador. No solamente tiene cerca de US$100 millones más en caja sino que al entrar a la recta final la campaña está recaudando mas que Obama y no tiene la costosa y aparentemente ineficiente infraestructura que ha montado el Presidente para hacerse reelegir.
De hecho, el mayor gasto durante mayo y agosto de Obama no se ha traducido en cambios de alguna importancia en la intención de voto, circunstancia que tiene muy preocupados a quienes dirigen esta campaña. La publicidad negativa en contra de Romney sencillamente no ha dado resultados.
Como sea, la elección entrará en su etapa decisiva después de la Convención Republicana a finales de agosto. Romney llega a la recta final con una relativamente alta intención de voto y con ventaja en cuanto a financiación. Tiene a su favor la mala situación económica, que siempre ha sido determinante en este tipo de elecciones, no solamente en Estados Unidos sino también en casi todos los países.
Vendrán los debates por la televisión y las pasiones partidistas se encenderán hasta el límite. Nunca puede descartarse la posibilidad de imprevistos que incidan en los resultados finales. Pero si se tratara de proyectar el resultado final en este momento, es decir unos días antes de la Convención Republicana, y en ausencia de estos imprevistos, la balanza se inclinaría a favor de Romney en una proporción 53% a 47%, que sería suficiente para que obtuviera sin problemas una mayoría en el colegio electoral.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).