El espectáculo no podía ser más surrealista. Chávez y Ortega, al lado de Raúl Castro, condenando el golpe de facto de Honduras.
Uno de ellos, Hugo Chávez, ha perseguido sin descanso a la oposición, ha amordazado a la prensa y se ha burlado de los resultados electorales cuando ellos le son contrarios. Es el dueño del sistema judicial y de las autoridades electorales. Ha concentrado el poder económico alrededor de un gobierno que maneja a su discreción. Ese “demócrata” es el que ahora le dicta clases al resto del Continente sobre democracia.
El anfitrión del “demócrata” Chávez en la reunión de jefes de estado en Mangua era otro “demócrata”, Daniel Ortega, el mismo que se robó las más recientes elecciones de las alcaldías de su país y que está en proceso de auto perpetuarse en el poder.
Y como si lo anterior no fuera suficiente, ambos Chávez y Ortega sentados al lado de ese otro gran “demócrata”, Raúl Castro. La familia Castro lleva cincuenta años en el poder, sin importarle en lo más mínimo las libertades políticas y económicas del pueblo cubano. Allá no hay elecciones, ni ninguna forma válida de oposición al régimen. Todo está en manos de un gobierno que es manejado como si se tratara de una finca que tiene a los hermanos Castro por dueños. La “democracia” en la finca de los hermanos Castro, es el modelo que pretenden imponer en sus países los otros dos “demócratas”, Chávez y Ortega.
¿Y dónde estaban los demócratas sin comillas en la reunión en cuestión? Fueron los extras en el show de los “demócratas”. No fueron ellos los que dirigieron el show sino los “demócratas”. Los que administran las democracias con comillas. O sea las “democracias” donde las libertades básicas no cuentan y donde todos los poderes tienden a concentrarse en las mismas manos por tiempo indefinido.
Pero el surrealismo no paró allí. El “demócrata” Chávez increpó al Presidente de Estados Unidos Barack Obama por no actuar en Honduras con la suficiente celeridad y acusó a la CIA y a los militares de ese país de ser los gestores del golpe. No hizo otra cosa que poner en la picota pública al gobierno de la que es considerada la principal democracia sin comillas del planeta.
El anfitrión del “demócrata” Chávez en la reunión de jefes de estado en Mangua era otro “demócrata”, Daniel Ortega, el mismo que se robó las más recientes elecciones de las alcaldías de su país y que está en proceso de auto perpetuarse en el poder.
Y como si lo anterior no fuera suficiente, ambos Chávez y Ortega sentados al lado de ese otro gran “demócrata”, Raúl Castro. La familia Castro lleva cincuenta años en el poder, sin importarle en lo más mínimo las libertades políticas y económicas del pueblo cubano. Allá no hay elecciones, ni ninguna forma válida de oposición al régimen. Todo está en manos de un gobierno que es manejado como si se tratara de una finca que tiene a los hermanos Castro por dueños. La “democracia” en la finca de los hermanos Castro, es el modelo que pretenden imponer en sus países los otros dos “demócratas”, Chávez y Ortega.
¿Y dónde estaban los demócratas sin comillas en la reunión en cuestión? Fueron los extras en el show de los “demócratas”. No fueron ellos los que dirigieron el show sino los “demócratas”. Los que administran las democracias con comillas. O sea las “democracias” donde las libertades básicas no cuentan y donde todos los poderes tienden a concentrarse en las mismas manos por tiempo indefinido.
Pero el surrealismo no paró allí. El “demócrata” Chávez increpó al Presidente de Estados Unidos Barack Obama por no actuar en Honduras con la suficiente celeridad y acusó a la CIA y a los militares de ese país de ser los gestores del golpe. No hizo otra cosa que poner en la picota pública al gobierno de la que es considerada la principal democracia sin comillas del planeta.