Asesinatos de manifestantes desarmados, despojo de los derechos políticos de líderes de la oposición, censura a los medios de comunicación, robo de los resultados electorales, fusión de todos los poderes públicos en uno solo, entre muchas otras perlas.
Camina como perro, ladra como perro, mueve la cola como perro y defeca como perro, y todavía varios izquierdistas y gobernantes de América Latina, y especialmente los de los países afiliados a UNASUR y al ALBA, sostienen que no se trata de un perro. Para ellos, Venezuela no es una dictadura sino una “democracia”.
Algunos adoptan esta posición por sesgo ideológico. Otros porque reciben petrodólares de Venezuela. Pero en realidad no importan cuáles sean las motivaciones. Quienes crean que Venezuela es una democracia no tienen la mas remota idea de lo que significa este término.
Uno de los hechos mas lamentables de la dictadura de Venezuela tiene que ver con las actuaciones del presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello. La Asamblea Nacional es el congreso de ese país. Actualmente a este personaje se lo ve lanzando toda suerte de acusaciones a los opositores, sin que medien pruebas o hayan sido juzgados.
Cabello es jefe en la rama legislativa. Sin embargo, fue el carcelero de Leopoldo López cuando este líder opositor se entregó a lo que ahora se llama, y con razón, la “injusticia de Venezuela”. Públicamente Cabello ya había condenado a López de criminal.
Y así el jefe de la rama legislativa ha proferido a diestra y siniestra, contra políticos opositores, empresarios y periodistas, las mas espantosas condenas. Ciertamente se cree y actúa como el juez supremo de su país. Pero, no es juez sino que ocupa un puesto en la rama legislativa. Bueno, eso es lo de menos en esa “democracia”.
Ahora último Cabello le ha dado por atacar a María Corina Machado. De buenas a primeras, la llamó “asesina”. Por lo visto el ladrón juzga por su condición puesto que ha sido el propio Cabello el que ha inducido a las bandas de malandros que controla la dictadura y a la Guardia Nacional Bolivariana a cometer toda clase de desmanes contra manifestantes inermes y desarmados.
Pero la historia no para ahí. Cabello decidió, violando el derecho a la defensa de la acusada, expulsarla de buenas a primeras de la Asamblea Nacional. Y de paso condenarla como “traidora a la patria”. No demorará en pedir que la fusilen en plaza pública. De nuevo el juez supremo de Venezuela actúa como ladrón que juzga por su condición. Ha sido él uno de los grandes culpables de la entrega a Cuba de la soberanía de su país.
Algunos adoptan esta posición por sesgo ideológico. Otros porque reciben petrodólares de Venezuela. Pero en realidad no importan cuáles sean las motivaciones. Quienes crean que Venezuela es una democracia no tienen la mas remota idea de lo que significa este término.
Uno de los hechos mas lamentables de la dictadura de Venezuela tiene que ver con las actuaciones del presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello. La Asamblea Nacional es el congreso de ese país. Actualmente a este personaje se lo ve lanzando toda suerte de acusaciones a los opositores, sin que medien pruebas o hayan sido juzgados.
Cabello es jefe en la rama legislativa. Sin embargo, fue el carcelero de Leopoldo López cuando este líder opositor se entregó a lo que ahora se llama, y con razón, la “injusticia de Venezuela”. Públicamente Cabello ya había condenado a López de criminal.
Y así el jefe de la rama legislativa ha proferido a diestra y siniestra, contra políticos opositores, empresarios y periodistas, las mas espantosas condenas. Ciertamente se cree y actúa como el juez supremo de su país. Pero, no es juez sino que ocupa un puesto en la rama legislativa. Bueno, eso es lo de menos en esa “democracia”.
Ahora último Cabello le ha dado por atacar a María Corina Machado. De buenas a primeras, la llamó “asesina”. Por lo visto el ladrón juzga por su condición puesto que ha sido el propio Cabello el que ha inducido a las bandas de malandros que controla la dictadura y a la Guardia Nacional Bolivariana a cometer toda clase de desmanes contra manifestantes inermes y desarmados.
Pero la historia no para ahí. Cabello decidió, violando el derecho a la defensa de la acusada, expulsarla de buenas a primeras de la Asamblea Nacional. Y de paso condenarla como “traidora a la patria”. No demorará en pedir que la fusilen en plaza pública. De nuevo el juez supremo de Venezuela actúa como ladrón que juzga por su condición. Ha sido él uno de los grandes culpables de la entrega a Cuba de la soberanía de su país.