Convirtió a la paz con las Farc en el principal tema de su campaña reeleccionista. Sostuvo reiteradamente que un acuerdo estaba a la vuelta de la esquina. ¿Cuánto tiempo tiene para cumplir con esta promesa?
Santos politizó el proceso de negociaciones con esa organización narcoterrorista. En su desespero por atraer votos creó la ilusión de que ese proceso se encontraba en la etapa final. En repetidas ocasiones dijo que lo ya hecho en dos años de negociaciones representaba una muy buena parte del camino por recorrer.
Con el tema de esta “paz” estimuló las ilusiones de quienes suelen soñar despiertos, y demonizó a quienes han albergado dudas razonables sobre el particular.
Santos se engaña si cree que tiene el sartén por el mango en este tema. Al convertirlo en su promesa central de su campaña, redujo hacia delante su margen de maniobra. Quedó amarrado a logros relativamente inmediatos.
Sin embargo, a pesar de lo que Santos dijo en su campaña el proceso está bastante lejos de culminar puesto que falta lo mas difícil. Solo hay acuerdos sobre generalidades insustanciales.
No es claro, por ejemplo, lo de la participación en política de esta organización. Tampoco lo de la impunidad de los cabecillas de las Farc comprometidos en delitos atroces y de lesa humanidad. Ni mucho menos lo de la dejación de las armas y de los negocios ilícitos como el narcotráfico y la minería ilegal. Y así con otros varios puntos de importancia vital para las dos partes.
Y después de estas elecciones los eventuales acuerdos estarán todavía mas lejos porque las Farc se sienten dueñas del destino político de Santos. Consideran, y razón no les falta, de que su poder de negociación es ahora superior al de antes de las elecciones.
¿Cuánto tiempo tiene Santos para hacer realidad su principal promesa de campaña? Las negociaciones ya llevan dos años. ¿Un año mas? ¿Dos años mas? Si como lo sostuvo repetidamente Santos ante los electores, el acuerdo con las Farc es una inminente realidad, ¿cuál es un plazo razonable?
Con el tema de esta “paz” estimuló las ilusiones de quienes suelen soñar despiertos, y demonizó a quienes han albergado dudas razonables sobre el particular.
Santos se engaña si cree que tiene el sartén por el mango en este tema. Al convertirlo en su promesa central de su campaña, redujo hacia delante su margen de maniobra. Quedó amarrado a logros relativamente inmediatos.
Sin embargo, a pesar de lo que Santos dijo en su campaña el proceso está bastante lejos de culminar puesto que falta lo mas difícil. Solo hay acuerdos sobre generalidades insustanciales.
No es claro, por ejemplo, lo de la participación en política de esta organización. Tampoco lo de la impunidad de los cabecillas de las Farc comprometidos en delitos atroces y de lesa humanidad. Ni mucho menos lo de la dejación de las armas y de los negocios ilícitos como el narcotráfico y la minería ilegal. Y así con otros varios puntos de importancia vital para las dos partes.
Y después de estas elecciones los eventuales acuerdos estarán todavía mas lejos porque las Farc se sienten dueñas del destino político de Santos. Consideran, y razón no les falta, de que su poder de negociación es ahora superior al de antes de las elecciones.
¿Cuánto tiempo tiene Santos para hacer realidad su principal promesa de campaña? Las negociaciones ya llevan dos años. ¿Un año mas? ¿Dos años mas? Si como lo sostuvo repetidamente Santos ante los electores, el acuerdo con las Farc es una inminente realidad, ¿cuál es un plazo razonable?