LaNota.com
 

–––––––––––––––––––––––––––––––––

  

 

RANKING DIGITAL DE MERCADOS DE COLOMBIA

 

INFORMES SECTORIALES DISPONIBLES

 

(HACER CLICK AQUÍ)

  

–––––––––––––––––––––––––––––––––

 

 

PROYECCIONES ECONÓMICAS DE COLOMBIA 2024-2028

 

VERSIÓN OCTUBRE 2024

 

(HACER CLICK AQUÍ)

 

–––––––––––––––––––––––––––––––––

 

EMPRESAS PROTAGONISTAS DE COLOMBIA 2023

 

GRAN INFORME: 103 SECTORES + 7.741 EMPRESAS LÍDERES + 2.564 MOVIDAS EMPRESARIALES

 

(HACER CLICK AQUÍ)

 

–––––––––––––––––––––––––––––––––

 

DIAGNOSTICENTRO EMPRESARIAL DE COLOMBIA

 

CONCEPTOS SOBRE LAS TRAYECTORIAS FINANCIERAS DE EMPRESAS

 

(HACER CLICK AQUÍ)

 

 –––––––––––––––––––––––––––––––––

 

 

En una columna de opinión sostiene que el Estado no debería pertenecer a los políticos y sus activos no deberían continuar administrándose como si fueran una piñata.
 
La columna fue publicada en el diario El Tiempo (12 de abril de 2013). Hace referencia al caso colombiano donde, según Hommes, “el Estado ha sido privatizado por la clase política para usufructuarlo, no solamente por los politiqueros tradicionales, los caciques y barones electorales de las regiones, sino por nuevos, de supuesta inclinación socialista, cristiana o la que sea”.

Descubrimiento de la pólvora, sin duda. ¿En qué país del mundo no sucede igual con los Estados? Hasta ahora no se ha inventado uno que no esté en manos de las clases políticas, o sea de aquellas que han conseguido el poder político por cualquiera de las vías disponibles, incluidas las democráticas.

Hommes es de aquellos ex funcionarios públicos que siempre que escribe intenta aparecer como un desvelado por temas “sociales”. Esto es lo usual en muchos columnistas tradicionales de periódico. Es como si cada vez que trataran un tema quisieran dejar constancia pública de que no son insensibles frente a la pobreza o las escaseces que afectan a sus compatriotas.

Entonces, caen en ese lugar común que es el de usar la figura del “Estado” como si se tratara de la gran tabla de salvación para resolver dichas angustias. Pero como “el Estado” no es propiamente el magnífico y glorioso ESTADO de los filósofos, sino una entelequia que no maneja nadie y que se chupa las energías y la creatividad productiva de las comunidades que lo financian, personas como Hommes terminan desilusionados, quejándose de que lo obvio sea lo obvio.  

Desde tiempos inmemoriales quienes han ejercido el poder político, no importa el sistema de gobierno, en forma abierta o disfrazada, han asumido sin mayores remordimientos sus roles de dueños de la piñata. Las excusas que han utilizado son múltiples. La preferida hoy en día, y que es campeona en hipocresía, es la de que “el Estado” es fundamental para ayudar a los mas vulnerables. Con esta u otras excusas se toman el poder y acuden a instrumentos de fuerza como son los impuestos en sus distintas formas (incluida la inflación o desvalorización de las monedas) para consolidarlo y acrecentarlo.

Y es así como engrandecen su poder hasta límites financieros inviables. No les importa la eficiencia en el manejo de los recursos que se apropian con el uso de ese poder. Al final de cuentas, los dineros no son los de su bolsillo, la mayoría de los puestos que usufructúan son transitorios, los objetivos a los que se ciñen son múltiples y contradictorios, y la rendición de cuentas es prácticamente nula.

Para administrar la piñata se requieren parientes cercanos o lejanos, compinches o amigos de los parientes y de los compinches. Después de todo, los contratos de la piñata tienen que ser otorgados por alguien de confianza a alguien de confianza para que la actividad política rinda plenamente sus frutos.

Hommes concluye que “es urgente marchitar el clientelismo y ‘nacionalizar’ al Estado colombiano para que lo recupere el público. Necesitamos funcionarios con respaldo para no dejarse presionar, y un Estado fuerte capaz de cumplir con sus objetivos.” Pero, ¿en dónde encontrar a los intachables empleados públicos que desempeñen sus funciones sin consideración a sus intereses propios y a los intereses de sus jefes? Y de un Estado “fuerte” líbranos Señor, porque nadie sabe finalmente cómo y hasta dónde usará su poder. Sus objetivos, por mas loables que sean, distan de ser los que se imponen en el día a día de su administración.

En realidad, es curioso que un personaje que conoce las entrañas del monstruo piense que dejará de serlo con un simple cambio de guardianes y con exhortaciones piadosas como las de su columna.