Los gobiernos de la eurozona acordaron la recapitalización directa de los bancos. Las bolsas mundiales subieron y las primas de riesgo de los bonos soberanos bajaron.
Al menos inmediatamente después de adoptada la medida. Uno de los aspectos que mas agradó a los mercados fue que los fondos de rescate para recapitalizar a los bancos ya no tendrán prioridad a la hora del repago de la deuda pública. Como se sabe, en las ayudas con préstamos blandos a Grecia, Irlanda y Portugal, los gobiernos de esos países se comprometieron a priorizar su repago sobre el de otras acreencias. El resultado fue una desvalorización de las inversiones realizadas por terceros en los bonos soberanos de los países en problemas y un retraimiento de la apetencia por ellos después de la ayuda.
En cambio, en el caso del reciente acuerdo de recapitalización a la banca, el instrumento comenzará a funcionar pero “sin ganar estado preferente”.
Otro aspecto que reconfortó a los mercados de la propuesta fue que al ser una recapitalización directa al sistema financiero por parte del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), y cuyas funciones se transferirán al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) cuando este entre en operación, es que los recursos no agregan a los déficit fiscales y deudas públicas de los países que los reciben.
Por ejemplo, uno de los problemas con la línea de capitalización de la banca recientemente aprobada para España por 100.000 millones de euros, era que constituía un préstamo en cabeza del gobierno y por lo tanto sumaba al déficit fiscal y comprometía el logro de las metas acordadas con las autoridades de la eurozona. Cuando se establezca el nuevo mecanismo, supuestamente a comienzos de 2013, el gobierno español cancelará este préstamo blando y reducirá en ese momento su déficit y deuda pública en la misma proporción.
El nuevo mecanismo prevé la creación de un supervisor bancario único bajo la batuta del Banco Central Europeo (BCE). Se trata en últimas de un compromiso para lograr, antes de finales de 2012, una unión bancaria que permita recapitalizar directamente a los bancos de cualquier país de la eurozona, sin afectar directamente las cuentas de los gobiernos.
En cambio, en el caso del reciente acuerdo de recapitalización a la banca, el instrumento comenzará a funcionar pero “sin ganar estado preferente”.
Otro aspecto que reconfortó a los mercados de la propuesta fue que al ser una recapitalización directa al sistema financiero por parte del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), y cuyas funciones se transferirán al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) cuando este entre en operación, es que los recursos no agregan a los déficit fiscales y deudas públicas de los países que los reciben.
Por ejemplo, uno de los problemas con la línea de capitalización de la banca recientemente aprobada para España por 100.000 millones de euros, era que constituía un préstamo en cabeza del gobierno y por lo tanto sumaba al déficit fiscal y comprometía el logro de las metas acordadas con las autoridades de la eurozona. Cuando se establezca el nuevo mecanismo, supuestamente a comienzos de 2013, el gobierno español cancelará este préstamo blando y reducirá en ese momento su déficit y deuda pública en la misma proporción.
El nuevo mecanismo prevé la creación de un supervisor bancario único bajo la batuta del Banco Central Europeo (BCE). Se trata en últimas de un compromiso para lograr, antes de finales de 2012, una unión bancaria que permita recapitalizar directamente a los bancos de cualquier país de la eurozona, sin afectar directamente las cuentas de los gobiernos.
Simultáneamente se acordó a partir de octubre un uso mas flexible del fondo de rescate para comprar deuda de los países en dificultades, sin que ello signifique la imposición de nuevas medidas de ajuste. El BCE actuará como agente de dicho fondo en el emprendimiento de estas operaciones de compra y venta de bonos soberanos tanto en el mercado primario como en el secundario.
La primera pregunta que surge es, ¿y de aquello qué? ¿De dónde saldrán los recursos para atender la quiebra que se ve venir, no solamente de los bancos españoles, sino también la de los italianos y especialmente la de los franceses? El MEDE tendrá un capital de $700.000 millones de euros, una suma que es considerada como insuficiente para apagar el incendio de la crisis financiera de la eurozona, una vez que se profundice la recesión que apenas toca a las puertas.
Pero, lo que aparentemente no se percatan del todo los mercados es que el MEDE lo financian los gobiernos de los países miembros de la eurozona. Es una ilusión óptica pensar que es posible aislar las finanzas públicas del rescate de varios sistemas financieros quebrados, simplemente porque ese rescate lo realiza un fondo capitalizado por los gobiernos. Igual la capitalización del MEDE afectará primordialmente las cuentas fiscales de las cuatro economías mas grandes (Alemania, Francia, Italia y España).
Es mas, con este acuerdo se “socializan” o “colectivizan” dentro de la eurozona las pérdidas de los sistemas financieros de cada uno de los países miembros. Para decirlo de alguna manera, recaerá sobre los contribuyentes alemanes, holandeses y finlandeses, en una mayor proporción que actualmente, el salvamento de los bancos españoles, italianos y franceses. Sin embargo, no es claro que los países hoy por hoy financieramente mas sólidos estén en capacidad de sufragar los inmensos esfuerzos que se necesitarán para salir de un hueco negro de proporciones todavía insospechadas, y cuya magnitud empezará a evidenciarse cuando salgan a la superficie los problemas que enfrentan los bancos franceses.
A la hora de la verdad lo que se está haciendo es trasladar un problema que actualmente está en cabeza de los gobiernos a unos fondos supra nacionales financiados por esos mismos gobiernos. Trasladar el problema de un lado al otro no hará desaparecer el problema. Incluso se puede agravar si se tienen en cuenta las eventuales dificultades administrativas que se presentarán en la implementación del traslado de responsabilidades y luego en la ejecución de las políticas por parte de entes que ni siquiera están en funcionamiento. Este es uno de esos típicos casos en los que se aplica aquello de que “el diablo está en los detalles”.
El caso de la eurozona es realmente patético. Con un modelo político insostenible en lo económico, sus mandatarios se la pasan de cumbre en cumbre sin contarle a la gente que el desmonte del sistema es la única salida posible. No es viable que un número creciente de la población viva como parásita a costa de un número decreciente de personas productivas. Tampoco resulta viable que las remuneraciones salariales estén completamente divorciadas de la contribución productiva de quienes las reciben. Ni que los gobiernos mantengan niveles de gasto muy superiores a los ingresos que recaudan por concepto de impuestos.
Presionados, entonces, hasta el límite por los extremos a los que llegaron con su glotón modelo social demócrata se empeñan en solucionar el problema de un sobre endeudamiento con mas deuda y con maromas institucionales y financieras que buscan centralizar y recoger las irresponsabilidades de los países y sus gobiernos para asignárselas a unas autoridades que no responden políticamente ante los electorados nacionales. De esta manera mantienen viva la ilusión de que todavía les queda margen de maniobra para defender unas “conquistas sociales” que básicamente fueron financiadas con deuda y no con merecimientos productivos.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
La primera pregunta que surge es, ¿y de aquello qué? ¿De dónde saldrán los recursos para atender la quiebra que se ve venir, no solamente de los bancos españoles, sino también la de los italianos y especialmente la de los franceses? El MEDE tendrá un capital de $700.000 millones de euros, una suma que es considerada como insuficiente para apagar el incendio de la crisis financiera de la eurozona, una vez que se profundice la recesión que apenas toca a las puertas.
Pero, lo que aparentemente no se percatan del todo los mercados es que el MEDE lo financian los gobiernos de los países miembros de la eurozona. Es una ilusión óptica pensar que es posible aislar las finanzas públicas del rescate de varios sistemas financieros quebrados, simplemente porque ese rescate lo realiza un fondo capitalizado por los gobiernos. Igual la capitalización del MEDE afectará primordialmente las cuentas fiscales de las cuatro economías mas grandes (Alemania, Francia, Italia y España).
Es mas, con este acuerdo se “socializan” o “colectivizan” dentro de la eurozona las pérdidas de los sistemas financieros de cada uno de los países miembros. Para decirlo de alguna manera, recaerá sobre los contribuyentes alemanes, holandeses y finlandeses, en una mayor proporción que actualmente, el salvamento de los bancos españoles, italianos y franceses. Sin embargo, no es claro que los países hoy por hoy financieramente mas sólidos estén en capacidad de sufragar los inmensos esfuerzos que se necesitarán para salir de un hueco negro de proporciones todavía insospechadas, y cuya magnitud empezará a evidenciarse cuando salgan a la superficie los problemas que enfrentan los bancos franceses.
A la hora de la verdad lo que se está haciendo es trasladar un problema que actualmente está en cabeza de los gobiernos a unos fondos supra nacionales financiados por esos mismos gobiernos. Trasladar el problema de un lado al otro no hará desaparecer el problema. Incluso se puede agravar si se tienen en cuenta las eventuales dificultades administrativas que se presentarán en la implementación del traslado de responsabilidades y luego en la ejecución de las políticas por parte de entes que ni siquiera están en funcionamiento. Este es uno de esos típicos casos en los que se aplica aquello de que “el diablo está en los detalles”.
El caso de la eurozona es realmente patético. Con un modelo político insostenible en lo económico, sus mandatarios se la pasan de cumbre en cumbre sin contarle a la gente que el desmonte del sistema es la única salida posible. No es viable que un número creciente de la población viva como parásita a costa de un número decreciente de personas productivas. Tampoco resulta viable que las remuneraciones salariales estén completamente divorciadas de la contribución productiva de quienes las reciben. Ni que los gobiernos mantengan niveles de gasto muy superiores a los ingresos que recaudan por concepto de impuestos.
Presionados, entonces, hasta el límite por los extremos a los que llegaron con su glotón modelo social demócrata se empeñan en solucionar el problema de un sobre endeudamiento con mas deuda y con maromas institucionales y financieras que buscan centralizar y recoger las irresponsabilidades de los países y sus gobiernos para asignárselas a unas autoridades que no responden políticamente ante los electorados nacionales. De esta manera mantienen viva la ilusión de que todavía les queda margen de maniobra para defender unas “conquistas sociales” que básicamente fueron financiadas con deuda y no con merecimientos productivos.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).