No sabe como despojarlo de sus derechos políticos. Sus subordinados en la justicia venezolana establecieron que López puede postularse como candidato, pero no ejercer la presidencia si gana las elecciones.

 

Lo único claro en la turbia política venezolana es que la voluntad del pueblo sólo es válida cuando es a favor del gobierno. Chávez está en plan de asegurarse como sea su reelección en las elecciones de octubre de 2012. Para tal efecto, intenta neutralizar con procedimientos altamente cuestionables a uno de sus opositores más carismáticos.

Por otro lado, está empecinado nuevamente en acabar con Globovisión, la única cadena de la televisión venezolana que aún no controla. A esta última le impuso una multa completamente arbitraria que de ratificarse podría significarle la quiebra financiera.

Así de sucio juega el señor Chávez, quien últimamente luce muy nervioso debido a una compleja enfermedad, sobre la cual no ha tenido la valentía de contarle la verdad al pueblo de su país.

 

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