Y se le va a devolver claro está. Se burla de la crisis de Estados Unidos y Europa sin darse cuenta que afectará a su país en forma grave.
La crisis de Estados Unidos y Europa son resultado de un gasto público y endeudamiento excesivo, así como de políticas monetarias irresponsablemente expansivas, implementado todo ello bajo el hechizo de teorías socialistas y keynesianas. Pero es pedirle peras al olmo que Chávez se percate de las verdaderas causas de la actual crisis de la economía global.
Lo que si resulta sorprendente es que no se de por enterado de que las crisis de Estados Unidos y Europa tendrán un impacto devastador sobre Venezuela. Con sus expropiaciones y persecuciones a las empresas privadas, Chávez se las ha arreglado para destruir al sistema productivo de su país. Hoy en día Venezuela sólo sobrevive económicamente gracias a los excedentes que todavía genera una declinante producción petrolera.
Lo que si resulta sorprendente es que no se de por enterado de que las crisis de Estados Unidos y Europa tendrán un impacto devastador sobre Venezuela. Con sus expropiaciones y persecuciones a las empresas privadas, Chávez se las ha arreglado para destruir al sistema productivo de su país. Hoy en día Venezuela sólo sobrevive económicamente gracias a los excedentes que todavía genera una declinante producción petrolera.
Si el precio internacional del petróleo cae, como de hecho ha sucedido en meses recientes, el panorama de la mono dependiente economía venezolana lucirá más sombrío que nunca. Desde finales de abril de 2011 cuando alcanzó un pico, hasta comienzos de agosto, el descenso en este precio ha sido de 24%. Dado que la segunda recaída de la economía global apenas empieza, lo más probable es que dicho precio no haya tocado fondo.
Debido a Chávez, Venezuela es un país sin ninguna capacidad de respuesta ante la crisis que se avecina. Su elevada deuda pública externa (que se aproxima a US$100.000 millones si se incluye la pignoración a favor de China de sus exportaciones futuras de petróleo), su gobierno súper burocratizado y derrochador, así como sus arrevesadas políticas regulatorias, han llevado a la prima de riesgo de sus bonos soberanos a un nivel sólo igualado por Grecia.
Por donde se mire, la economía del país más rico en recursos naturales de América Latina es un desastre. Lo único que la ayudaría a sobreaguar es un elevado precio del petróleo. Sin embargo, ahora Chávez sale a celebrar la crisis de lo que él llama “capitalismo” como si se tratara de una buena noticia. Sin duda este escupitajo, como muchos otros que ha arrojado al cielo, se le devolverá con inusitada fuerza.
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