La noticia no es nueva, pero Hugo Chávez trató de revivirla para darle brillo a un viaje por el lejano oriente y España.

 

Tal vez sorprendió el nuevo estimativo preliminar del bloque que queda en el Golfo de Venezuela. En ese bloque las participaciones son 35% PDVSA, 32,5% Repsol de España y 32,5% Eni de Italia. La explotación de este bloque todavía está años vista, puesto que ni siquiera se ha establecido de manera concluyente el tamaño de las reservas y no hay un acuerdo entre las partes en temas clave relacionados con las inversiones y la administración del pozo.

Si, es cierto que lo que le sobran a Venezuela son reservas de petróleo y gas. Sin embargo, no ha logrado aprovecharlas en los últimos 10 años. Actualmente Venezuela importa gas natural de Colombia y tanto la extracción de crudo como la producción de gasolina es inferior a la de cuando Chávez inició su mandato.

Venezuela, adicionalmente, está atravesando por un difícil período en materia de servicios públicos. La confiabilidad del servicio de energía eléctrica ha caído a un mínimo nivel, y hay un notorio deterioro en los servicios de telecomunicaciones. E incluso, más prioritario entre las preocupaciones de las gentes, sigue imparable la alta inseguridad, que dicen cuenta con la complicidad de los cuerpos de seguridad del gobierno.

Pero además Venezuela está sumergida en una infinidad de protestas tanto por la ineficiencia de su gobierno como por la violación de derechos fundamentales como el de la libertad de expresión. Y con la última ley de educación queda en peligro la libertad de pensamiento.

 

El principal problema de Chávez está en su propio país, donde no es claro de cuánto apoyo real dispone. Lo que sostiene a Chávez es el reparto de parte importante del botín del petróleo entre militares, sindicatos y funcionarios públicos. Estas tres fuerzas son crecientemente prepotentes y se inclinan a favor de imponer un sistema totalitario de gobierno, donde no le tengan que responder a nadie por sus actos.

 

Muchos venezolanos sienten que el país no marcha bien. La inflación es alta, se sufren faltantes de algunos productos básicos, hay apagones todo el tiempo, abundan los secuestros, y la gente vive con miedo. Más de la mitad de la población cree que vive bajo una dictadura. Es impredecible saber si los viajes de Chávez  el dictador, por países casi todos ellos en manos de otros dictadores, eleve la moral de sus bases. Ni que el anuncio de un hallazgo ya descubierto de gas natural impulse la esperanza de otros. Ni que su endiosamiento en el festival de cine de Venecia por parte de Oliver Stone le de ánimos a quienes la están pasando cada vez más difícil.