Jugó con un equipo de 10 suplentes en el partido contra Costa Rica con resultados realmente desastrosos.
Se le fueron las luces a José Pekerman. En ese partido improvisó con unos jugadores que nunca había jugado los unos con los otros. Una verdadera ofensa contra millones y millones de televidentes y contra miles de aficionados que fueron al estadio de Houston a ver a su selección.
La Selección Colombia se ha hecho un nombre a punta del esfuerzo de los jugadores que han sido escogidos como titulares por ser los mejores. Este no era un partido de entrenamiento sino un partido de un torneo sumamente importante, en el que Colombia no podía darse el lujo de perder su jerarquía.
Pero además no estaba jugando contra cualquiera sino contra un equipo que llegó a los cuartos de finales en el campeonato mundial de Brasil. Qué subestimación del rival alinear a 10 suplentes que nunca habían jugado los unos con los otros.
Mal, pero muy mal lo que hizo Pekerman. La Selección Colombia siempre tiene que hacerse respetar, no importa cuál sea el escenario, no importa cuáles sean las circunstancias, no importa quién sea el rival. Siempre pero siempre la Selección Colombia tiene que dar lo mejor de sí misma, y mas en torneos como este.
En el segundo tiempo del partido Pekerman trató de enmendar el error haciendo ingresar a James, a Cuadrado y a Cardona. Los puso a jugar a mil revoluciones por segundo, los arriesgó físicamente, para tratar de darle vuelta a un resultado que ya era muy adverso.
Ahora a Colombia le tocará enfrentar a un rival mas fuerte en la segunda ronda. Perdió la ventaja que otorga ser el primero en su grupo, lo que hubiera logrado con un simple empate. Desencuadernó sicológicamente al equipo. Tiró por la borda un invicto de muchas fechas. Expuso prematuramente a unos jóvenes suplentes con una responsabilidad que solo se debe dar con el acompañamiento de los mas veteranos y duchos en estas lides.
En fin, mal desde cualquier punto de vista que se mire. Pero sobretodo muy pero muy irrespetuoso con los millones y millones de aficionados que no pudieron disfrutar a los jugadores que querían ver jugar, aquellos que han hecho méritos suficientes para ganarse la titularidad.
La Selección Colombia se ha hecho un nombre a punta del esfuerzo de los jugadores que han sido escogidos como titulares por ser los mejores. Este no era un partido de entrenamiento sino un partido de un torneo sumamente importante, en el que Colombia no podía darse el lujo de perder su jerarquía.
Pero además no estaba jugando contra cualquiera sino contra un equipo que llegó a los cuartos de finales en el campeonato mundial de Brasil. Qué subestimación del rival alinear a 10 suplentes que nunca habían jugado los unos con los otros.
Mal, pero muy mal lo que hizo Pekerman. La Selección Colombia siempre tiene que hacerse respetar, no importa cuál sea el escenario, no importa cuáles sean las circunstancias, no importa quién sea el rival. Siempre pero siempre la Selección Colombia tiene que dar lo mejor de sí misma, y mas en torneos como este.
En el segundo tiempo del partido Pekerman trató de enmendar el error haciendo ingresar a James, a Cuadrado y a Cardona. Los puso a jugar a mil revoluciones por segundo, los arriesgó físicamente, para tratar de darle vuelta a un resultado que ya era muy adverso.
Ahora a Colombia le tocará enfrentar a un rival mas fuerte en la segunda ronda. Perdió la ventaja que otorga ser el primero en su grupo, lo que hubiera logrado con un simple empate. Desencuadernó sicológicamente al equipo. Tiró por la borda un invicto de muchas fechas. Expuso prematuramente a unos jóvenes suplentes con una responsabilidad que solo se debe dar con el acompañamiento de los mas veteranos y duchos en estas lides.
En fin, mal desde cualquier punto de vista que se mire. Pero sobretodo muy pero muy irrespetuoso con los millones y millones de aficionados que no pudieron disfrutar a los jugadores que querían ver jugar, aquellos que han hecho méritos suficientes para ganarse la titularidad.