En 2010 hubo una bonanza de hidrocarburos que compensó el descenso que se presentó en varias exportaciones no tradicionales, especialmente aquellas con destino Venezuela. Estas exportaciones de hidrocarburos ascendieron a US$16.485 millones, o sea que registraron un crecimiento de 60,6% frente a las del año anterior (en volumen el incremento fue de 27,1%).
Posteriormente se posicionaron las exportaciones de carbón con US$6.015 millones y un aumento de 11,1%, seguidas de las de oro con US$1.997 millones y 37,1%.
Más atrás quedaron café con US$1.884 millones y un crecimiento de 22,1% en relación con 2009; flores US$1.248 millones y 18,3%; hierro y acero US$1.193 millones y 33,7%; químicos básicos US$1.165 millones y 19,3%; y ferroníquel US$967 millones y 33,3%.
A renglón seguido se ubicaron banano con US$694 millones y un aumento de 1,7%; azúcar y confitería US$674 millones y 7,6%; confecciones US$543 millones y 8,8%; papel, cartón y sus manufacturas US$524 millones y –7,9%; productos plásticos US$491 millones y 3,2%; textiles US$476 millones y –32,1%; productos farmacéuticos US$369 millones y –11,5%; y vehículos automotores US$346 millones y 38,7%.
En total, las exportaciones reseñadas atrás constituyeron 88,1% de las exportaciones totales de bienes, las que sumaron US$39,820 millones.
Las perspectivas para 2011 continúan favorables para el petróleo y la minería, tanto por los altos precios internacionales como por el incremento en los volúmenes producidos. Se esperan igualmente precios atractivos en el caso del café, azúcar, y productos de la petroquímica y la siderurgia. Para las demás exportaciones las perspectivas son menos halagüeñas si se tienen en cuenta la fortaleza del peso y el estancamiento del mercado venezolano, aunque es de esperar que registren un crecimiento vegetativo si la economía global y sobretodo la regional mantienen su actual dinamismo durante los próximos meses.