Aunque todavía el índice de precios al consumidor no refleja el impacto pleno de la maxi devaluación actual del peso, las cifras de agosto de 2015 sugieren que el proceso de absorción de ese impacto ya empezó.
La variación mensual en agosto de 0,48% de la inflación al consumidor fue la mas alta para ese mes en este siglo. A su vez, la inflación interanual de 4,74% es la mas alta desde 2009.
En todos los grandes renglones en los que se descompone el índice de precios se registraron aumentos en relación con el mes anterior. En el caso del renglón de alimentos, que durante el trimestre mayo–julio contribuyó a evitar que la inflación aumentara impulsado por los demás renglones, se revirtió la tendencia.
Fue así como la inflación anual de alimentos, que había caído de un pico de 7,70% en abril a 5,67% en julio, se incrementó a 6.11% en agosto.
Año corrido a agosto la inflación llegó a 4,02%, o sea que faltando cuatro meses para terminar el año ya superó con creces el tope de la meta oficial que es de 3%. Como va la tendencia, y si se tiene en cuenta la presencia del fenómeno climatológico de El Niño, no resulta exagerado pronosticar que hacia diciembre de 2015 la inflación bordeará 6% (o incluso mas), en lugar del 5% con el que últimamente sueñan las autoridades monetarias.
Lo que sigue es el incremento en las tasas de interés. Hasta ahora la Junta Directiva del Banco de la República le ha dado largas al asunto. En la reunión de finales de agosto mantuvo inalterada su tasa de intervención en 4,5%, la que es abiertamente inconsecuente con el objetivo de evitar que se desborde la inflación en medio de una maxi devaluación inducida por unos muy elevados déficit en las cuentas externas.
De manera que está llegando a su fin el ciclo de una estabilidad en el frente monetario, caracterizado por generosos aumentos en la liquidez y por unas relativamente bajas inflaciones y tasas de interés.
En todos los grandes renglones en los que se descompone el índice de precios se registraron aumentos en relación con el mes anterior. En el caso del renglón de alimentos, que durante el trimestre mayo–julio contribuyó a evitar que la inflación aumentara impulsado por los demás renglones, se revirtió la tendencia.
Fue así como la inflación anual de alimentos, que había caído de un pico de 7,70% en abril a 5,67% en julio, se incrementó a 6.11% en agosto.
Año corrido a agosto la inflación llegó a 4,02%, o sea que faltando cuatro meses para terminar el año ya superó con creces el tope de la meta oficial que es de 3%. Como va la tendencia, y si se tiene en cuenta la presencia del fenómeno climatológico de El Niño, no resulta exagerado pronosticar que hacia diciembre de 2015 la inflación bordeará 6% (o incluso mas), en lugar del 5% con el que últimamente sueñan las autoridades monetarias.
Lo que sigue es el incremento en las tasas de interés. Hasta ahora la Junta Directiva del Banco de la República le ha dado largas al asunto. En la reunión de finales de agosto mantuvo inalterada su tasa de intervención en 4,5%, la que es abiertamente inconsecuente con el objetivo de evitar que se desborde la inflación en medio de una maxi devaluación inducida por unos muy elevados déficit en las cuentas externas.
De manera que está llegando a su fin el ciclo de una estabilidad en el frente monetario, caracterizado por generosos aumentos en la liquidez y por unas relativamente bajas inflaciones y tasas de interés.