Todavía no hay claridad sobre qué fue lo que pasó en Ecuador con la sublevación policial. No la había cuando UNASUR citó a reunión de Presidentes.
Tres días después de los hechos, los médicos que atendieron a Correa en el hospital donde supuestamente fue secuestrado, los doctores Gilberto Calle y Fernando Vargas, dijeron que una vez que el mandatario fue llevado y atendido por ellos por asfixia y presión alta, iban a sacarlo de ahí, pero se negó a irse.
Agregaron los doctores que Correa recibió todo el tiempo a sus colaboradores y estuvo en contacto telefónico permanente con el exterior, sin ningún guardia en la puerta ni nada que le impidiera abandonar el hospital.
A todas estas, Correa todavía no ha explicado qué fue a hacer al regimiento donde estaban los policías sublevados, inconformes porque les quitaron unas prebendas salariales. Fue allá sin la protección que ameritaba la ocasión. En estos casos, si Correa quería dialogar con los policías inconformes, hubiera podido recibir a una comisión que los representara, en un lugar bajo su control.
Sin saberse lo que realmente pasaba, los Presidentes de los países miembros de UNASUR fueron citados a una reunión en Buenos Aires. El Presidente de Colombia Juan Manuel Santos después se lamentó que le tocó volar 12 horas desde Bogotá ida y vuelta, para asistir a una reunión que duró apenas una hora.
Expresó Santos que con la tecnología moderna no es necesario este tipo de reuniones: se puede coordinar una declaración conjunta de mandatarios y acciones complementarias si fuese el caso, sin necesidad de la presencia física de los Presidentes. Pero lo cierto es que UNASUR actualmente rivaliza con la OEA, la que también realizó en el mismo día del acontecimiento una sesión de emergencia para condenar los hechos.
El folklórico incidente protagonizado por Correa, no solamente le hizo perder el tiempo a los Presidentes de la región, sino que dejó un saldo de 4 muertos y casi 200 heridos, para no mencionar saqueos en algunos comercios. ¿Quién responde por las víctimas y por los demás daños y perjuicios?
Agregaron los doctores que Correa recibió todo el tiempo a sus colaboradores y estuvo en contacto telefónico permanente con el exterior, sin ningún guardia en la puerta ni nada que le impidiera abandonar el hospital.
A todas estas, Correa todavía no ha explicado qué fue a hacer al regimiento donde estaban los policías sublevados, inconformes porque les quitaron unas prebendas salariales. Fue allá sin la protección que ameritaba la ocasión. En estos casos, si Correa quería dialogar con los policías inconformes, hubiera podido recibir a una comisión que los representara, en un lugar bajo su control.
Sin saberse lo que realmente pasaba, los Presidentes de los países miembros de UNASUR fueron citados a una reunión en Buenos Aires. El Presidente de Colombia Juan Manuel Santos después se lamentó que le tocó volar 12 horas desde Bogotá ida y vuelta, para asistir a una reunión que duró apenas una hora.
Expresó Santos que con la tecnología moderna no es necesario este tipo de reuniones: se puede coordinar una declaración conjunta de mandatarios y acciones complementarias si fuese el caso, sin necesidad de la presencia física de los Presidentes. Pero lo cierto es que UNASUR actualmente rivaliza con la OEA, la que también realizó en el mismo día del acontecimiento una sesión de emergencia para condenar los hechos.
El folklórico incidente protagonizado por Correa, no solamente le hizo perder el tiempo a los Presidentes de la región, sino que dejó un saldo de 4 muertos y casi 200 heridos, para no mencionar saqueos en algunos comercios. ¿Quién responde por las víctimas y por los demás daños y perjuicios?
Se desconoce si lo que sucedió fue un mal manejo de una protesta policial (y que por ese mal manejo la protesta alcanzó a extenderse a algunas instancias de las Fuerzas Armadas), o si se trató de un hecho “fabricado” con fines políticos internos encaminados a fortalecer a Correa frente a opositores como Lucio Gutiérrez.
Si Correa magnificó el incidente y propició un confuso y caótico final en el cual no se sabía quién le disparaba a quién, sobre él debe recaer la principal responsabilidad de los acontecimientos, incluida la de las muertes que se registraron.
Como sea, hasta tanto no se aclare del todo la situación, ella no amerita que después de la reunión de los Presidentes y de la OEA, haya otra reunión, esta vez de los Cancilleres de UNASUR. ¿A discutir qué?
Si Correa magnificó el incidente y propició un confuso y caótico final en el cual no se sabía quién le disparaba a quién, sobre él debe recaer la principal responsabilidad de los acontecimientos, incluida la de las muertes que se registraron.
Como sea, hasta tanto no se aclare del todo la situación, ella no amerita que después de la reunión de los Presidentes y de la OEA, haya otra reunión, esta vez de los Cancilleres de UNASUR. ¿A discutir qué?