La entidad financiera le sube la calificación al peso colombiano de “neutral” a “overweight”.
Según lo informa Bloomberg, en lo que va corrido de 2009 el peso colombiano ha sido la cuarta moneda de mayor valorización entre países emergente, detrás del rand de Suráfrica, el real de Brasil y el peso de Chile. No se dice, sin embargo, que el peso colombiano fue una de las monedas que más se devaluó a finales de 2008. Como sea, los estrategas del Standard Chartered Mike Moran y Douglas Smith pronostican que al finalizar este año la tasa de cambio cerrará en 1.850 pesos por dólar.
Algunos de los hechos más recientes llevan a ser relativamente optimistas en relación con la economía colombiana. Por ejemplo, ajustó sus cuentas externas rápidamente. Si bien las exportaciones cayeron durante el primer semestre de este año, también lo hicieron las importaciones, de tal suerte que hubo un superávit comercial de US$742 millones, que aunque menor al de US$1.315 millones del primer semestre de 2008, es de todas maneras superávit.
Por otro lado, la inversión extranjera directa, especialmente la dirigida hacia petróleo, carbón y oro, se ha mantenido en niveles históricamente altos. Y muy importante: el gobierno nacional ha financiado su creciente déficit principalmente con colocación de bonos en el exterior y préstamos de entidades multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). A lo anterior habría que agregar la colocación de bonos en el exterior por parte de Ecopetrol para financiar su ambicioso programa de inversiones.
De hecho, al finalizar agosto de 2009, las reservas internacionales del Banco de la República fueron US$24.985 millones, un aumento de US$944 millones en lo que va corrido del año.
Otro desarrollo positivo de la economía colombiana es la reducción de la inflación a 3% anual, el nivel más bajo nunca. Por su parte, el sector financiero ha sorteado exitosamente las turbulencias ocasionadas por la crisis económica global, mientras que el sector privado se ha apretado el cinturón y ha reducido su endeudamiento externo.
Finalmente no se puede dejar por fuera la debilidad del dólar como un factor adicional que ha incidido significativamente, no solamente sobre el valor del peso sino también sobre el de otras monedas emergentes. Desde finales de marzo de 2009 hasta comienzos de septiembre la caída del dólar frente a otras monedas importantes era en promedio de 14%. Al lado de este desplome se ha presentado una reacción de los precios internacionales de varios productos básicos, incluido el oro. En los actuales momentos, la confianza en el dólar está por el suelo. A diferencia de otras recesiones económicas mundiales, no sería la economía de Estados Unidos la que lideraría la recuperación, sino el resto del mundo. O al menos eso esperan los más optimistas.
Al reflexionar sobre todo lo anterior, queda la sensación de que se podría presentar en este año una revaluación del peso colombiano, en lugar de una devaluación. Más aún, si es a eso que empiezan a apostarle los mercados financieros internacionales.
Algunos de los hechos más recientes llevan a ser relativamente optimistas en relación con la economía colombiana. Por ejemplo, ajustó sus cuentas externas rápidamente. Si bien las exportaciones cayeron durante el primer semestre de este año, también lo hicieron las importaciones, de tal suerte que hubo un superávit comercial de US$742 millones, que aunque menor al de US$1.315 millones del primer semestre de 2008, es de todas maneras superávit.
Por otro lado, la inversión extranjera directa, especialmente la dirigida hacia petróleo, carbón y oro, se ha mantenido en niveles históricamente altos. Y muy importante: el gobierno nacional ha financiado su creciente déficit principalmente con colocación de bonos en el exterior y préstamos de entidades multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). A lo anterior habría que agregar la colocación de bonos en el exterior por parte de Ecopetrol para financiar su ambicioso programa de inversiones.
De hecho, al finalizar agosto de 2009, las reservas internacionales del Banco de la República fueron US$24.985 millones, un aumento de US$944 millones en lo que va corrido del año.
Otro desarrollo positivo de la economía colombiana es la reducción de la inflación a 3% anual, el nivel más bajo nunca. Por su parte, el sector financiero ha sorteado exitosamente las turbulencias ocasionadas por la crisis económica global, mientras que el sector privado se ha apretado el cinturón y ha reducido su endeudamiento externo.
Finalmente no se puede dejar por fuera la debilidad del dólar como un factor adicional que ha incidido significativamente, no solamente sobre el valor del peso sino también sobre el de otras monedas emergentes. Desde finales de marzo de 2009 hasta comienzos de septiembre la caída del dólar frente a otras monedas importantes era en promedio de 14%. Al lado de este desplome se ha presentado una reacción de los precios internacionales de varios productos básicos, incluido el oro. En los actuales momentos, la confianza en el dólar está por el suelo. A diferencia de otras recesiones económicas mundiales, no sería la economía de Estados Unidos la que lideraría la recuperación, sino el resto del mundo. O al menos eso esperan los más optimistas.
Al reflexionar sobre todo lo anterior, queda la sensación de que se podría presentar en este año una revaluación del peso colombiano, en lugar de una devaluación. Más aún, si es a eso que empiezan a apostarle los mercados financieros internacionales.