Avanza en áreas como la desregulación, la reducción de impuestos, el control a la inmigración ilegal, el desmonte de Obamacare, el recorte de gasto público inoficioso, y el fortalecimiento militar.
A lo anterior habría que agregar una amplia apertura a la inversión en el sector energético, la introducción de competencia en el sistema de educación pública, el nombramiento de un candidato conservador a la Corte Suprema para llenar la vacante existente, y la revisión de acuerdos comerciales que considera desventajosos.
Hay otros cambios como el de la reafirmación de valores culturales tradicionales. Se trata, sin duda, de un drástico viraje con respecto a la trayectoria política que traía Estados Unidos. Los medios de comunicación “liberales” como CNN, NBC, ABC, CNBC, New York Times, Washington Post y tantos otros, se han dado a la tarea de “buscarle el pierde” a Trump en lo que no es fundamental. Se focalizan en unas pocas ramas y han perdido el sentido de lo que constituye el bosque.
Y si por esos lados estos medios tradicionales están perdidos, en América Latina si que mas todavía. Acá los reportes periodísticos están permeados de una excesiva emocionalidad porque no están de acuerdo con su política de inmigración. Como se sabe, Trump quiere controlar la frontera sur (donde en el lado mexicano pululan sangrientas y sofisticadas mafias de narcotráfico y de tráfico de personas), al tiempo que busca esclarecer la situación de los inmigrantes ilegales que residen en su país, especialmente los involucrados en delitos de toda clase. Estos medios de comunicación latinoamericanos se solidarizan con quienes están al margen de unas leyes que son las de cualquier nación que se precie de ser nación.
Se hacen los de la vista gorda, al igual que gobiernos como el de México, con las terribles violaciones de derechos humanos en cabeza de los criminales dueños del gigantesco negocio de la inmigración ilegal y de todo lo que gira a su alrededor.
Incluso analistas como Guillermo Perry salen con el cuento que en América Latina hay que solidarizarse con México en sus negociaciones con el nuevo gobierno de Estados Unidos ("México, Colombia y Trump", El Tiempo, 26 de febrero de 2017). Pero si esa solidaridad no trae beneficios tangibles a los colombianos, ¿por qué diablos tenerla?
Como sea, el hecho es que los colaboradores mas cercanos que ha nombrado Trump son de una reconocida capacidad administrativa y de liderazgo (bromeando dijo que era el gabinete con el mas alto IQ que haya habido nunca). Todos dispuestos a jugársela con la implementación de las promesas de campaña.
La muy ambiciosa desregulación que está llevando a cabo el nuevo gobierno favorece a los pequeños y medianos empresarios y a sectores que han estado sobre regulados como el energético y el financiero. Uno de los principales asesores de Trump, Steve Bannon, ha calificado el proceso como uno de “deconstrucción del Estado administrativo”. En una de sus órdenes ejecutivas Trump estableció que cada vez que una entidad del gobierno federal imponga una nueva regulación tiene como mínimo que eliminar dos regulaciones existentes.
Sobre la reducción de impuestos se sabe que será “fenomenal” y que sus lineamientos se conocerán por allá en agosto de este año. Quedarán en jaque otros países como los socialistas de derecha o izquierda (da lo mismo) que conforman la Unión Europea. Si Trump se sale con las suyas, Estados Unidos se transformará en un gran centro de atracción de capitales e inversiones. Pero mas importante, inducirá a otros gobiernos a moverse en la misma dirección para mantenerse competitivos.
Se le asestaría así un fuerte golpe al sistema económico global actual caracterizado por gobiernos derrochadores que se financian con elevadísimos impuestos y que se escudan en marcos regulatorios que abarcan lo divino y lo humano. Unos gobiernos cuya única propuesta es la de aumentar aun mas los impuestos y la de ejercer un aun mayor control sobre sus poblaciones.
Entre otras, el gobierno de Trump contempla redimensionar la contribución de Estados Unidos a las Naciones Unidas y a la enorme cantidad de organizaciones adscritas o por ella patrocinadas. Esta burocratizada superestructura multilateral se financia en medida no despreciable con esos aportes, lo que hasta ahora no ha sido impedimento para que sea descaradamente hostil y adversa a los intereses norteamericanos y al sistema “capitalista” del cual se nutre. Este recorte presupuestal sería apenas uno mas entre los muchos que se avecinan.
Hay otros cambios como el de la reafirmación de valores culturales tradicionales. Se trata, sin duda, de un drástico viraje con respecto a la trayectoria política que traía Estados Unidos. Los medios de comunicación “liberales” como CNN, NBC, ABC, CNBC, New York Times, Washington Post y tantos otros, se han dado a la tarea de “buscarle el pierde” a Trump en lo que no es fundamental. Se focalizan en unas pocas ramas y han perdido el sentido de lo que constituye el bosque.
Y si por esos lados estos medios tradicionales están perdidos, en América Latina si que mas todavía. Acá los reportes periodísticos están permeados de una excesiva emocionalidad porque no están de acuerdo con su política de inmigración. Como se sabe, Trump quiere controlar la frontera sur (donde en el lado mexicano pululan sangrientas y sofisticadas mafias de narcotráfico y de tráfico de personas), al tiempo que busca esclarecer la situación de los inmigrantes ilegales que residen en su país, especialmente los involucrados en delitos de toda clase. Estos medios de comunicación latinoamericanos se solidarizan con quienes están al margen de unas leyes que son las de cualquier nación que se precie de ser nación.
Se hacen los de la vista gorda, al igual que gobiernos como el de México, con las terribles violaciones de derechos humanos en cabeza de los criminales dueños del gigantesco negocio de la inmigración ilegal y de todo lo que gira a su alrededor.
Incluso analistas como Guillermo Perry salen con el cuento que en América Latina hay que solidarizarse con México en sus negociaciones con el nuevo gobierno de Estados Unidos ("México, Colombia y Trump", El Tiempo, 26 de febrero de 2017). Pero si esa solidaridad no trae beneficios tangibles a los colombianos, ¿por qué diablos tenerla?
Como sea, el hecho es que los colaboradores mas cercanos que ha nombrado Trump son de una reconocida capacidad administrativa y de liderazgo (bromeando dijo que era el gabinete con el mas alto IQ que haya habido nunca). Todos dispuestos a jugársela con la implementación de las promesas de campaña.
La muy ambiciosa desregulación que está llevando a cabo el nuevo gobierno favorece a los pequeños y medianos empresarios y a sectores que han estado sobre regulados como el energético y el financiero. Uno de los principales asesores de Trump, Steve Bannon, ha calificado el proceso como uno de “deconstrucción del Estado administrativo”. En una de sus órdenes ejecutivas Trump estableció que cada vez que una entidad del gobierno federal imponga una nueva regulación tiene como mínimo que eliminar dos regulaciones existentes.
Sobre la reducción de impuestos se sabe que será “fenomenal” y que sus lineamientos se conocerán por allá en agosto de este año. Quedarán en jaque otros países como los socialistas de derecha o izquierda (da lo mismo) que conforman la Unión Europea. Si Trump se sale con las suyas, Estados Unidos se transformará en un gran centro de atracción de capitales e inversiones. Pero mas importante, inducirá a otros gobiernos a moverse en la misma dirección para mantenerse competitivos.
Se le asestaría así un fuerte golpe al sistema económico global actual caracterizado por gobiernos derrochadores que se financian con elevadísimos impuestos y que se escudan en marcos regulatorios que abarcan lo divino y lo humano. Unos gobiernos cuya única propuesta es la de aumentar aun mas los impuestos y la de ejercer un aun mayor control sobre sus poblaciones.
Entre otras, el gobierno de Trump contempla redimensionar la contribución de Estados Unidos a las Naciones Unidas y a la enorme cantidad de organizaciones adscritas o por ella patrocinadas. Esta burocratizada superestructura multilateral se financia en medida no despreciable con esos aportes, lo que hasta ahora no ha sido impedimento para que sea descaradamente hostil y adversa a los intereses norteamericanos y al sistema “capitalista” del cual se nutre. Este recorte presupuestal sería apenas uno mas entre los muchos que se avecinan.