En el primer trimestre de 2012 el PIB de Estados Unidos aumentó 2,2% frente a igual periodo del año anterior. En el cuarto trimestre de 2011 el incremento fue 3%.
La mayoría de los analistas esperaban un crecimiento de 2,6% o incluso un poco mayor. Uno de los renglones más débiles fue la inversión en equipo y software, la que aumentó solamente 1,7%, en comparación con 7,5% en el último trimestre del año pasado.
Por otro lado, se desaceleró la acumulación de inventarios en el sector manufacturero y en otros sectores, la que se había constituido en una de las principales variables expansionistas en trimestres anteriores. Aun así, sin el renglón de inventarios el PIB se incrementó apenas en 1,6%.
Lo que al final de cuentas evitó un peor desempeño fue el aumento del gasto de consumo de 2,9%, jalonado por las compras de vehículos automotores y de diferentes servicios.
En realidad, la economía de Estados Unidos está lejos de retomar el sendero de un vigoroso crecimiento. La trayectoria del déficit del gobierno federal y de la deuda pública es insostenible. Este país ni siquiera se ha comprometido con un ajuste fiscal que no da espera. El desánimo actual de la inversión privada es indicativa de la incertidumbre ocasionada por la indefinición en las reglas de juego tributarias y por un gobierno que se ha extra limitado en regulaciones restrictivas de todo tipo en sectores clave como el energético.
Es previsible un incremento del PIB anémico en lo que resta de 2012, en medio de la agitación que producirá el proceso electoral para elegir Presidente y miembros del Congreso y que culminará el próximo 6 de noviembre.
(Advertencia: lanota.com sólo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
Por otro lado, se desaceleró la acumulación de inventarios en el sector manufacturero y en otros sectores, la que se había constituido en una de las principales variables expansionistas en trimestres anteriores. Aun así, sin el renglón de inventarios el PIB se incrementó apenas en 1,6%.
Lo que al final de cuentas evitó un peor desempeño fue el aumento del gasto de consumo de 2,9%, jalonado por las compras de vehículos automotores y de diferentes servicios.
En realidad, la economía de Estados Unidos está lejos de retomar el sendero de un vigoroso crecimiento. La trayectoria del déficit del gobierno federal y de la deuda pública es insostenible. Este país ni siquiera se ha comprometido con un ajuste fiscal que no da espera. El desánimo actual de la inversión privada es indicativa de la incertidumbre ocasionada por la indefinición en las reglas de juego tributarias y por un gobierno que se ha extra limitado en regulaciones restrictivas de todo tipo en sectores clave como el energético.
Es previsible un incremento del PIB anémico en lo que resta de 2012, en medio de la agitación que producirá el proceso electoral para elegir Presidente y miembros del Congreso y que culminará el próximo 6 de noviembre.
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