El Fondo Monetario Internacional (FMI) le aprobó a Costa Rica una línea stand-by a 15 meses por US$735 millones.
El objetivo del programa con el FMI es mitigar el impacto de la crisis económica global sobre el crecimiento y los ingresos de los hogares. Incluye un manejo cambiario más flexible de la banda cambiaria, al lado de un mayor control sobre la política monetaria. Busca disminuir la inflación y reducir el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Prevé un aumento del gasto público en áreas críticas relacionadas con la población más vulnerable del país. La línea sólo se utilizará si llegare a necesitarse.
El programa con el FMI, le facilitará al gobierno lograr una importante apoyo adicional del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Con estos apoyos apuntalará la confianza de los mercados en la economía del país y muy especialmente, en su capacidad de absorber choques externos futuros.
Un componente fundamental del programa tiene que ver con la tasa de cambio y la inflación. Contempla un posible aumento de la devaluación dentro del mecanismo de la banda cambiaria. También un incremento de las tasas de interés, si ello fuere necesario desde el punto de vista de los requerimientos de un manejo más flexible de la banda cambiaria. Plantea, por otro lado, una transición hacía la implantación de un régimen de metas de inflación, lo que implicará una mayor libertad en la determinación de la tasa de cambio y una más estricta subordinación de la política monetaria y de tasas de interés al logro de dichas metas.
Por último, el gobierno se compromete a fortalecer su capacidad de supervisión sobre el sistema financiero, así como a la creación de un sistema de seguros de depósito (para lo cual seguramente se necesitará de un nuevo impuesto).
El programa con el FMI, le facilitará al gobierno lograr una importante apoyo adicional del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Con estos apoyos apuntalará la confianza de los mercados en la economía del país y muy especialmente, en su capacidad de absorber choques externos futuros.
Un componente fundamental del programa tiene que ver con la tasa de cambio y la inflación. Contempla un posible aumento de la devaluación dentro del mecanismo de la banda cambiaria. También un incremento de las tasas de interés, si ello fuere necesario desde el punto de vista de los requerimientos de un manejo más flexible de la banda cambiaria. Plantea, por otro lado, una transición hacía la implantación de un régimen de metas de inflación, lo que implicará una mayor libertad en la determinación de la tasa de cambio y una más estricta subordinación de la política monetaria y de tasas de interés al logro de dichas metas.
Por último, el gobierno se compromete a fortalecer su capacidad de supervisión sobre el sistema financiero, así como a la creación de un sistema de seguros de depósito (para lo cual seguramente se necesitará de un nuevo impuesto).