Entre 2011 y 2014 mejoraron varios indicadores de calidad de vida, según la encuesta anual recientemente publicada por el Dane.
Al comparar las encuestas de calidad de vida de esos dos años se aprecia una mejora en la mayor parte de los indicadores que miden condiciones de vida y que tienen que ver con temas como el acceso a diferentes servicios públicos y la tenencia de bienes considerados como vitales.
En acceso de los hogares a energía eléctrica en Colombia es casi completo: llegó a 98,5% en 2014 frente a 97,4% en 2011. A su vez, fue significativo el aumento de los hogares conectados a la red pública de gas natural: de 52,1% hace tres años a 61,5% en 2014. En cuanto a acueductos y alcantarillados el cubrimiento el año pasado fue de 88,4% y 76,7%, respectivamente, en comparación con 87,3% y 72,3% en 2011.
Ha sido interesante lo sucedido con el servicio telefónico. La participación de hogares con teléfono fijo continuó en descenso, al caer de 36,9% hace tres años a 33,9% en 2014, en tanto que el acceso a telefonía celular se incrementó de 90,2% a 95,3% el año pasado.
En cuanto a tipo de tenencia de vivienda se registraron pocos cambios: Una leve disminución de los hogares con vivienda propia totalmente pagada de 42,6% a 41,4%, así como de aquellos con vivienda propia que la están pagando de 5,4% a 4,3%. En contraste, se registró un no despreciable incremento de los hogares que la tienen en arriendo o subarriendo de 32,3% a 36,2%.
Otro dato importante lo constituye el hecho de que el porcentaje de la población afiliada al sistema general de seguridad social en salud pasó de 90,1% en 2011 a 94,1% en 2014. Por otro lado, el porcentaje de hogares donde las mujeres sin cónyuge son cabeza de familia se mantuvo casi inalterado (de 27,3% pasó a 27,6% en 2014).
Ahora bien, las opiniones de los jefes o cónyuges sobre las condiciones de vida de sus hogares son relativamente positivas. En 2014 el 6,8% las calificó como “muy buenas” y el 67,5% como “buenas”, mientras que tres años antes esos porcentajes fueron 7,8% y 60,5%, respectivamente. Los que las calificaron de “regulares” cayeron de 29,4% a 24%, y los que las calificaron de “malas” descendieron de 2,1% a 1,7%.
Sobre tenencia de electrodoméstico vale la pena destacar los incrementos entre 2011 y 2014 en los hogares con máquina lavadora de ropa (de 48,9% a 57,7%), con nevera o refrigerador (de 77% a 82%), con estufas eléctricas o a gas (de 83,3% a 86,1%), con computadores (de 33,9% a 51,7%), y con servicio de televisión con suscripción (de 51,5% a 57,5%). Curiosamente los hogares con carro particular cayeron de 13,9% a 13,5%, pero aquellos con moto pasaron de 18% a 23,3%.
En relación con otros electrodomésticos, no hubo mayores cambios en la tenencia de calentadores de agua (18,1% de los hogares en 2014), equipos de sonido (50,5%), y aire acondicionado (4,1%).
En esto de la calidad de vida lo importante son las mejoras año tras año, las que siempre serán graduales. Como dicen los economistas, lo fundamental es que la dirección sea la correcta, lo que ha sido posible en estos últimos años en Colombia gracias a unas razonables tasas de crecimiento económico (aumento promedio anual del PIB de 4,3% en los tres años bajo consideración). El desafío será el de continuar por este camino en medio de un entorno que se avizora será de menor crecimiento, al menos durante los próximos dos años.
En acceso de los hogares a energía eléctrica en Colombia es casi completo: llegó a 98,5% en 2014 frente a 97,4% en 2011. A su vez, fue significativo el aumento de los hogares conectados a la red pública de gas natural: de 52,1% hace tres años a 61,5% en 2014. En cuanto a acueductos y alcantarillados el cubrimiento el año pasado fue de 88,4% y 76,7%, respectivamente, en comparación con 87,3% y 72,3% en 2011.
Ha sido interesante lo sucedido con el servicio telefónico. La participación de hogares con teléfono fijo continuó en descenso, al caer de 36,9% hace tres años a 33,9% en 2014, en tanto que el acceso a telefonía celular se incrementó de 90,2% a 95,3% el año pasado.
En cuanto a tipo de tenencia de vivienda se registraron pocos cambios: Una leve disminución de los hogares con vivienda propia totalmente pagada de 42,6% a 41,4%, así como de aquellos con vivienda propia que la están pagando de 5,4% a 4,3%. En contraste, se registró un no despreciable incremento de los hogares que la tienen en arriendo o subarriendo de 32,3% a 36,2%.
Otro dato importante lo constituye el hecho de que el porcentaje de la población afiliada al sistema general de seguridad social en salud pasó de 90,1% en 2011 a 94,1% en 2014. Por otro lado, el porcentaje de hogares donde las mujeres sin cónyuge son cabeza de familia se mantuvo casi inalterado (de 27,3% pasó a 27,6% en 2014).
Ahora bien, las opiniones de los jefes o cónyuges sobre las condiciones de vida de sus hogares son relativamente positivas. En 2014 el 6,8% las calificó como “muy buenas” y el 67,5% como “buenas”, mientras que tres años antes esos porcentajes fueron 7,8% y 60,5%, respectivamente. Los que las calificaron de “regulares” cayeron de 29,4% a 24%, y los que las calificaron de “malas” descendieron de 2,1% a 1,7%.
Sobre tenencia de electrodoméstico vale la pena destacar los incrementos entre 2011 y 2014 en los hogares con máquina lavadora de ropa (de 48,9% a 57,7%), con nevera o refrigerador (de 77% a 82%), con estufas eléctricas o a gas (de 83,3% a 86,1%), con computadores (de 33,9% a 51,7%), y con servicio de televisión con suscripción (de 51,5% a 57,5%). Curiosamente los hogares con carro particular cayeron de 13,9% a 13,5%, pero aquellos con moto pasaron de 18% a 23,3%.
En relación con otros electrodomésticos, no hubo mayores cambios en la tenencia de calentadores de agua (18,1% de los hogares en 2014), equipos de sonido (50,5%), y aire acondicionado (4,1%).
En esto de la calidad de vida lo importante son las mejoras año tras año, las que siempre serán graduales. Como dicen los economistas, lo fundamental es que la dirección sea la correcta, lo que ha sido posible en estos últimos años en Colombia gracias a unas razonables tasas de crecimiento económico (aumento promedio anual del PIB de 4,3% en los tres años bajo consideración). El desafío será el de continuar por este camino en medio de un entorno que se avizora será de menor crecimiento, al menos durante los próximos dos años.