PDVSA está comprando el doble de la cantidad de gas natural que se había acordado inicialmente cuando se construyó el gasoducto entre Ballenas y Maracaibo.
Inicialmente Venezuela empezó importando 50 millones de pies cúbicos diarios en el gasoducto de 224 kilómetros que fuera inaugurado en octubre de 2007. Pues bien, la cantidad ha ido en aumento hasta alcanzar el nivel actual de 300 millones de pies cúbicos. Las exportaciones de Colombia provienen del campo Ballenas en la Guajira, explotado conjuntamente por Ecopetrol y Chevron.
PDVSA invirtió US$467 millones en la construcción del gasoducto. El gas proveniente de Colombia es utilizado primordialmente en los campos de petróleo de la región de Maracaibo. Se lo inyecta para aumentar la presión y elevar la producción de esos campos. Venezuela también consume gas natural en su industria petroquímica.
Supuestamente el flujo de gas natural entre Colombia y Venezuela se revertiría hacia 2012. En ese momento Colombia no produciría lo suficiente para atender su demanda interna y Venezuela tendría excedentes para exportarle a Colombia e incluso a otros países.
Pero la historia ha resultado ser diferente. Colombia tiene en marcha un ambicioso programa de exploración de hidrocarburos y ha encontrado nuevos yacimientos de gas natural. Ya no va a necesitar del gas natural de Venezuela en 2012.
En contraste, Venezuela, que tiene las séptimas reservas de gas natural del planeta, ha sido incapaz de explotarlas. En el contrato inicial del gasoducto, Colombia le exportaría a Venezuela un promedio de 150 millones de pies cúbicos diarios durante 2009-2010, que luego se reducirían a 100 millones de pies cúbicos en 2011 y en importaciones a partir de 2012.
PDVSA invirtió US$467 millones en la construcción del gasoducto. El gas proveniente de Colombia es utilizado primordialmente en los campos de petróleo de la región de Maracaibo. Se lo inyecta para aumentar la presión y elevar la producción de esos campos. Venezuela también consume gas natural en su industria petroquímica.
Supuestamente el flujo de gas natural entre Colombia y Venezuela se revertiría hacia 2012. En ese momento Colombia no produciría lo suficiente para atender su demanda interna y Venezuela tendría excedentes para exportarle a Colombia e incluso a otros países.
Pero la historia ha resultado ser diferente. Colombia tiene en marcha un ambicioso programa de exploración de hidrocarburos y ha encontrado nuevos yacimientos de gas natural. Ya no va a necesitar del gas natural de Venezuela en 2012.
En contraste, Venezuela, que tiene las séptimas reservas de gas natural del planeta, ha sido incapaz de explotarlas. En el contrato inicial del gasoducto, Colombia le exportaría a Venezuela un promedio de 150 millones de pies cúbicos diarios durante 2009-2010, que luego se reducirían a 100 millones de pies cúbicos en 2011 y en importaciones a partir de 2012.
Nada más patético que la distintas declaraciones del Presidente de Venezuela Hugo Chávez en relación con este tema. Hace unos años planteó la construcción de un gran gasoducto amazónico que conectaría Venezuela con Argentina. Posteriormente indicó que el gasoducto con Colombia podría extenderse a Ecuador y más allá. Según el mandatario, la producción de gas natural de su país alcanzaría para surtir a casi todo América Latina.
Palabras huecas la de Chávez. Con una PDVSA politizada, sumida en graves problemas financieros y sin capacidad técnica y administrativa suficiente, el sector de hidrocarburos de su país se encuentra en retroceso, con una infraestructura que enfrenta un gradual e inexorable deterioro. Lo cierto es que el gasoducto con Colombia tiene una capacidad de 500 millones de pies cúbicos, que de continuar la actual tendencia de producción en ambos países se podría eventualmente utilizar al máximo, pero no con exportaciones de Venezuela a Colombia y a otros países, tal como lo pensaba Chávez, sino con exportaciones de Colombia a Venezuela.
Palabras huecas la de Chávez. Con una PDVSA politizada, sumida en graves problemas financieros y sin capacidad técnica y administrativa suficiente, el sector de hidrocarburos de su país se encuentra en retroceso, con una infraestructura que enfrenta un gradual e inexorable deterioro. Lo cierto es que el gasoducto con Colombia tiene una capacidad de 500 millones de pies cúbicos, que de continuar la actual tendencia de producción en ambos países se podría eventualmente utilizar al máximo, pero no con exportaciones de Venezuela a Colombia y a otros países, tal como lo pensaba Chávez, sino con exportaciones de Colombia a Venezuela.