Proyectan que después de un pico hacia 2013 en su actividad, el sol entraría en un período de hibernación.
La última vez que eso sucedió fue el siglo XVII (de 1645 a 1715) y ha sido denominada la “pequeña edad de hielo”. Estos pronósticos fueron dados a conocer en la reunión anual de la división de física solar del American Astronomical Society. Se basan en la disminución que se registra en el actual ciclo de actividad solar, que sugiere un gran debilitamiento, hasta el punto de hacer creer a los científicos que el próximo ciclo de tormentas solares será muy débil, o simplemente no sucederá.
La ausencia de tormentas solares es una buena noticia para el funcionamiento de las telecomunicaciones y de los sistemas eléctricos en general. Pero lo más interesante sería el impacto sobre el clima. Por ejemplo, en el siglo XVII, los glaciares destruyeron varias poblaciones en Suiza. También coincidió ese período con un aumento de las emisiones volcánicas, lo cual tiene un efecto de enfriamiento en el clima del planeta.
De todas maneras, hasta ahora los científicos han sido muy cautos en sus pronósticos sobre los eventuales efectos del próximo período de hibernación del sol. Lo único cierto es que tendrán más instrumentos para realizar las mediciones correspondientes que en el Siglo XVII. Y sin duda no faltarán políticos, miembros de la farándula y ONGs que explotarán el tema, presentándolo en un formato sensacionalista e histérico, tal como lo hicieron con el calentamiento global que producirían las emisiones de CO2.
La ausencia de tormentas solares es una buena noticia para el funcionamiento de las telecomunicaciones y de los sistemas eléctricos en general. Pero lo más interesante sería el impacto sobre el clima. Por ejemplo, en el siglo XVII, los glaciares destruyeron varias poblaciones en Suiza. También coincidió ese período con un aumento de las emisiones volcánicas, lo cual tiene un efecto de enfriamiento en el clima del planeta.
De todas maneras, hasta ahora los científicos han sido muy cautos en sus pronósticos sobre los eventuales efectos del próximo período de hibernación del sol. Lo único cierto es que tendrán más instrumentos para realizar las mediciones correspondientes que en el Siglo XVII. Y sin duda no faltarán políticos, miembros de la farándula y ONGs que explotarán el tema, presentándolo en un formato sensacionalista e histérico, tal como lo hicieron con el calentamiento global que producirían las emisiones de CO2.
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