Michelle Bachelet ha propuesto para su segundo mandato un giro hacia políticas populistas de izquierda que echarían por la borda los logros económicos del país austral.
Bachelet ha conformado una nueva alianza política llamada “Nueva Mayoría” con partidos como el Comunista y otras pequeñas agrupaciones de extrema izquierda. En el proceso de hacerlo, radicalizó sus propuestas de manejo económico, al punto que muchos consideran que se trata de un desmarque del modelo económico que con tanto éxito ha implementado Chile durante los últimos 35 años.
Como se sabe, ese modelo incluye apertura comercial, liberación de precios, eliminación de privilegios y subsidios a las industrias nacionales, defensa de los derechos de propiedad privada, niveles impositivos razonables, privatización de empresas públicas y de la seguridad social, y políticas fiscales y monetarias responsables.
Después de 35 años de la implementación de estas políticas el ingreso per cápita creció de 4.000 dólares a 20.000 dólares y la pobreza se redujo de 50% a 11%. Estas y otras cifras favorables como el dinamismo de las exportaciones es lo que constituye el fundamento del llamado “milagro económico chileno”.
Bachelet ahora busca desmontar las restricciones que la Constitución de 1980 impuso a la intervención de los políticos para alterar la libertad de mercados y los derechos de la propiedad privada. Ciao consenso político para el buen manejo económico. Sin duda un “logro” de esta sobrevalorada líder latinoamericana.
Propone aumentar significativamente los impuestos y crear un estado de bienestar mas ambicioso incluso que el de los países mas prósperos europeos, entregando toda clase de beneficios a la población sin deparar en su contribución productiva. Adicionalmente ha anunciado que reemplazará a los mercados como fuente de crecimiento por una industrialización inducida y administrada por el gobierno.
Mejor dicho, lo de siempre con América Latina. A destruir y desbaratar lo que funciona. Como los países sapos latinoamericanos que tratan de salir del hueco del atraso económico: tres metros hacia delante y luego dos y hasta tres hacia atrás. Pero en el caso de Chile, que ha sido considerado en las últimas décadas como el país latinoamericano mas serio en su empeño de avance y progreso, después de varios saltos seguidos hacia delante se ve venir ahora, en el segundo gobierno de Bachelet, un gran resbalón hacia el hueco.
Un gran resbalón hacia un pasado que fue mucho peor en todos los aspectos (políticos, sociales y económicos) de lo que es hoy en día Chile luego de 35 años de políticas neoliberales. De esas que tan irresponsable y demagógicamente han vilipendiado Bachelet y sus partidarios izquierdistas. La consigna de su campaña ha debido ser el dicho de un famoso locutor de fútbol de Colombia: “pa’adelante es pa’atrás”.
Como se sabe, ese modelo incluye apertura comercial, liberación de precios, eliminación de privilegios y subsidios a las industrias nacionales, defensa de los derechos de propiedad privada, niveles impositivos razonables, privatización de empresas públicas y de la seguridad social, y políticas fiscales y monetarias responsables.
Después de 35 años de la implementación de estas políticas el ingreso per cápita creció de 4.000 dólares a 20.000 dólares y la pobreza se redujo de 50% a 11%. Estas y otras cifras favorables como el dinamismo de las exportaciones es lo que constituye el fundamento del llamado “milagro económico chileno”.
Bachelet ahora busca desmontar las restricciones que la Constitución de 1980 impuso a la intervención de los políticos para alterar la libertad de mercados y los derechos de la propiedad privada. Ciao consenso político para el buen manejo económico. Sin duda un “logro” de esta sobrevalorada líder latinoamericana.
Propone aumentar significativamente los impuestos y crear un estado de bienestar mas ambicioso incluso que el de los países mas prósperos europeos, entregando toda clase de beneficios a la población sin deparar en su contribución productiva. Adicionalmente ha anunciado que reemplazará a los mercados como fuente de crecimiento por una industrialización inducida y administrada por el gobierno.
Mejor dicho, lo de siempre con América Latina. A destruir y desbaratar lo que funciona. Como los países sapos latinoamericanos que tratan de salir del hueco del atraso económico: tres metros hacia delante y luego dos y hasta tres hacia atrás. Pero en el caso de Chile, que ha sido considerado en las últimas décadas como el país latinoamericano mas serio en su empeño de avance y progreso, después de varios saltos seguidos hacia delante se ve venir ahora, en el segundo gobierno de Bachelet, un gran resbalón hacia el hueco.
Un gran resbalón hacia un pasado que fue mucho peor en todos los aspectos (políticos, sociales y económicos) de lo que es hoy en día Chile luego de 35 años de políticas neoliberales. De esas que tan irresponsable y demagógicamente han vilipendiado Bachelet y sus partidarios izquierdistas. La consigna de su campaña ha debido ser el dicho de un famoso locutor de fútbol de Colombia: “pa’adelante es pa’atrás”.