A Estados Unidos le atacan sus embajadas y le asesinan sus diplomáticos en medio de disculpas de su gobierno a los autores.
En pleno ataque a la embajada de Egipto, con la turba dentro de la embajada, Estados Unidos se disculpó porque un desconocido sitio de Internet, que no representa a nadie, insultó los sentimientos religiosos musulmanes. Mientras tanto el gobierno de Egipto, ahora en manos de los radicales de la Hermandad Musulmana, haciéndose el de la vista gorda frente a los hechos.
Gracias a que las instalaciones de esa embajada son las de un fortín, los manifestantes no lograron que su asalto terminaran en una toma completa. No así sucedió en Libia donde eran precarias las instalaciones. Ahí los terroristas arrasaron con todo, incluida la vida del embajador y la de otros tres diplomáticos. El cadáver del embajador apareció 12 horas después y con señales de que su muerte debió ser la mas dolorosa y humillante imaginable.
Los ataques a la embajada de Estados Unidos en Egipto continuaron como si nada en los días siguientes al del intento de toma. No hace mucho el gobierno de Obama le entregó al gobierno de Egipto un paquete de ayuda de US$1.500 millones, los que seguramente serán usados por la Hermandad Musulmana para financiar su brazo terrorista, que tiene células en distintos lugares del planeta, incluido Estados Unidos, y que son los que están detrás de las violentas manifestaciones.
¿La respuesta de Obama a todo esto? Sin expresar mayores emociones, como si se tratara de un incidente no muy grave emitió una declaración en la que se abstuvo de condenar al terrorismo musulmán. En realidad lo sucedido fue parte de un tenebroso plan de los terroristas para celebrar el aniversario del atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre, así la excusa fuera otra. La administración de Obama inexplicablemente no tomó unas mínimas precauciones para reforzar la seguridad de sus embajadas en este aniversario y especialmente en las localizadas en territorio árabe.
Obama ha prohibido que en su gobierno se hable de terrorismo musulmán. Su teoría parece ser la de que si se trata con buenos modales a estos angelitos terroristas, ellos en contraprestación abandonarán sus siniestros planes de destrucción (cualquier parecido con el proceso de paz de Juan Manuel Santos es pura coincidencia). Incluso el gobierno de Obama impulsó la llegada al poder en Egipto de la Hermandad Musulmana, removiéndole la alfombra a los dirigentes de ese país que se han opuesto a tan problemático desenlace.
La última declaración de Obama fue la de que en estos momentos Egipto no es amigo pero tampoco es enemigo de Estados Unidos. En el Medio Oriente deben estarse riendo a las carcajadas. Todo gobierno es responsable de la seguridad de las sedes de las embajadas y del cuerpo diplomático que las habita. Pero el gobierno “ni amigo ni enemigo” ni siquiera ha sido diligente en cumplir con este deber. Difícil calificar esta conducta como la de un gobierno neutral
Gracias a que las instalaciones de esa embajada son las de un fortín, los manifestantes no lograron que su asalto terminaran en una toma completa. No así sucedió en Libia donde eran precarias las instalaciones. Ahí los terroristas arrasaron con todo, incluida la vida del embajador y la de otros tres diplomáticos. El cadáver del embajador apareció 12 horas después y con señales de que su muerte debió ser la mas dolorosa y humillante imaginable.
Los ataques a la embajada de Estados Unidos en Egipto continuaron como si nada en los días siguientes al del intento de toma. No hace mucho el gobierno de Obama le entregó al gobierno de Egipto un paquete de ayuda de US$1.500 millones, los que seguramente serán usados por la Hermandad Musulmana para financiar su brazo terrorista, que tiene células en distintos lugares del planeta, incluido Estados Unidos, y que son los que están detrás de las violentas manifestaciones.
¿La respuesta de Obama a todo esto? Sin expresar mayores emociones, como si se tratara de un incidente no muy grave emitió una declaración en la que se abstuvo de condenar al terrorismo musulmán. En realidad lo sucedido fue parte de un tenebroso plan de los terroristas para celebrar el aniversario del atentado a las Torres Gemelas del 11 de septiembre, así la excusa fuera otra. La administración de Obama inexplicablemente no tomó unas mínimas precauciones para reforzar la seguridad de sus embajadas en este aniversario y especialmente en las localizadas en territorio árabe.
Obama ha prohibido que en su gobierno se hable de terrorismo musulmán. Su teoría parece ser la de que si se trata con buenos modales a estos angelitos terroristas, ellos en contraprestación abandonarán sus siniestros planes de destrucción (cualquier parecido con el proceso de paz de Juan Manuel Santos es pura coincidencia). Incluso el gobierno de Obama impulsó la llegada al poder en Egipto de la Hermandad Musulmana, removiéndole la alfombra a los dirigentes de ese país que se han opuesto a tan problemático desenlace.
La última declaración de Obama fue la de que en estos momentos Egipto no es amigo pero tampoco es enemigo de Estados Unidos. En el Medio Oriente deben estarse riendo a las carcajadas. Todo gobierno es responsable de la seguridad de las sedes de las embajadas y del cuerpo diplomático que las habita. Pero el gobierno “ni amigo ni enemigo” ni siquiera ha sido diligente en cumplir con este deber. Difícil calificar esta conducta como la de un gobierno neutral
“Ni amigo ni enemigo”. Definitivamente Obama es incapaz de tomar posiciones firmes frente a los desmanes de los radicales musulmanes. Con lo que pasó en esta semana estos siniestros personajes midieron el aceite. De aquí en adelante, envalentonados porque se salieron con la suya, con el apoyo solapado o ni tan solapado del gobierno de Egipto y sin un liderazgo respetado o temido por parte de Estados Unidos, no demorarán en propinar golpes aún mas espectaculares que los que acaban de dar.
(Advertencia: lanota.com solo utiliza este nombre. No tiene relación alguna con portales o empresas que emplean la palabra lanota en otras combinaciones de nombres).
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