No ha encontrado el centro de gravedad después de su desastrosa presentación en el primer debate presidencial frente a Mitt Romney.
A casi tres semanas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos las encuestas se inclinan a favor de Romney. En varios estados en disputa donde Obama había logrado estar en ventaja, como Florida, Virginia, Ohio, Colorado, Nevada, y Iowa, ahora está empatado. Incluso en algunos de ellos como Florida y Virginia, Romney parece haber sacado una ventaja difícil de revertir en los pocos días que hacen faltan para el 6 de noviembre.
En otros estados como Michigan, Wisconsin, Pennsylvania, y New Hampshire donde Obama tenía una clara ventaja ahora las encuestas arrojan un empate técnico.
El número de votos electorales que se necesitan para ganar es de 270. Actualmente (a mediados de octubre) Obama cuenta con 201 votos y Romney con 206 votos (asignándole North Carolina y Missouri). Del resto de votos en disputa se inclinan hacia Obama Michigan con 16 votos y Pennsylvania con 20, mientras que se inclinan hacia Romney Florida con 29 votos y Virginia con 13. O sea que si se reafirman las tendencias actuales Obama tendría 237 y Romney 248.
En este escenario los estados cruciales, los que decidirían, serían Colorado con 9 votos, Iowa con 6, Nevada con 6, New Hampshire con 4, Ohio con 18 y Wisconsin con 10. Ambos candidatos dispondrían de varias combinaciones para llegar a los 270 votos requeridos.
Ahora bien, los vientos favorecen actualmente a Romney. Si Obama no logra frenar la erosión que se observa en su apoyo en varios de los estados clave, estaría irremediablemente perdido. Quedan dos debates (16 y 22 de octubre) que podrían tener algún impacto. Pero la sensación que hay es que quien está contra las cuerdas es Obama y que si llegare a recibir un golpe adicional en alguno de esos dos debates, por leve que sea, su suerte estaría sellada.
Sin duda, el ídolo de barro de la mayoría de medios de comunicación de Estados Unidos y del resto del planeta perdió su aura de invencibilidad en ese primer debate y no se ha logrado reponer. Unos medios que hasta hace apenas unos días lo daban por seguro ganador, sin darle importancia al hecho de que Obama no tiene a su haber unos resultados positivos en su gestión de gobierno, ni una visión convincente de cómo sacar a Estados Unidos de sus graves problemas económicos actuales.
En otros estados como Michigan, Wisconsin, Pennsylvania, y New Hampshire donde Obama tenía una clara ventaja ahora las encuestas arrojan un empate técnico.
El número de votos electorales que se necesitan para ganar es de 270. Actualmente (a mediados de octubre) Obama cuenta con 201 votos y Romney con 206 votos (asignándole North Carolina y Missouri). Del resto de votos en disputa se inclinan hacia Obama Michigan con 16 votos y Pennsylvania con 20, mientras que se inclinan hacia Romney Florida con 29 votos y Virginia con 13. O sea que si se reafirman las tendencias actuales Obama tendría 237 y Romney 248.
En este escenario los estados cruciales, los que decidirían, serían Colorado con 9 votos, Iowa con 6, Nevada con 6, New Hampshire con 4, Ohio con 18 y Wisconsin con 10. Ambos candidatos dispondrían de varias combinaciones para llegar a los 270 votos requeridos.
Ahora bien, los vientos favorecen actualmente a Romney. Si Obama no logra frenar la erosión que se observa en su apoyo en varios de los estados clave, estaría irremediablemente perdido. Quedan dos debates (16 y 22 de octubre) que podrían tener algún impacto. Pero la sensación que hay es que quien está contra las cuerdas es Obama y que si llegare a recibir un golpe adicional en alguno de esos dos debates, por leve que sea, su suerte estaría sellada.
Sin duda, el ídolo de barro de la mayoría de medios de comunicación de Estados Unidos y del resto del planeta perdió su aura de invencibilidad en ese primer debate y no se ha logrado reponer. Unos medios que hasta hace apenas unos días lo daban por seguro ganador, sin darle importancia al hecho de que Obama no tiene a su haber unos resultados positivos en su gestión de gobierno, ni una visión convincente de cómo sacar a Estados Unidos de sus graves problemas económicos actuales.