Benedetti ha intentado introducir esa inhabilidad en el proyecto de reforma a la Constitución sobre equilibrio de poderes que cursa en el Congreso y que está en su sexto debate. Según este senador, Vargas Lleras “no es la persona de la paz ni del posconflicto, por lo que no creo que haya espacio para que sea Presidente”.
Aparentemente los partidarios de la inhabilidad de Vargas Lleras sostienen que la agenda política gira completamente alrededor de los diálogos de paz con las Farc y que el Vicepresidente se ha marginado en apoyar y opinar sobre el tema.
O sea que a Vargas Lleras le están pasando una especie de cuenta de cobro por su silencio con respecto a los diálogos de La Habana. La pregunta es si solo se trata de unos senadores, o si también es el propio Presidente quien está detrás de la movida.
No hay duda que estos senadores le están haciendo el juego a las Farc. Este grupo terrorista ha considerado, de tiempo atrás, que Vargas Lleras es un acérrimo enemigo.
Lo mas curioso en estas discusiones es la forma como Santos y los funcionarios de su gobierno, así como los congresistas que lo apoyan, se refieren a ese galimatías llamado “posconflicto” como si ya fuera una realidad.
Santos dijo hace poco que ojalá en este año se firmara el acuerdo de paz con las Farc. Eso lo viene diciendo desde el primer día en el que anunció el inicio de los diálogos. Y pasa el tiempo, y pasan los años, y nada que se produce la tan anhelada firma.
Dada la experiencia que se tiene de negociaciones anteriores con las Farc, y la lentitud del actual proceso a pesar de las apresuradas declaraciones de Santos que la firma “está a la vuelta de la esquina”, lo mejor es no ensillar antes de tener a la bestia domada.
Pero lo mas chocante es el espíritu anti democrático de la propuesta de Benedetti. Hay que dejar que sea el pueblo el que decida si Vargas Lleras es la persona escogida para después de Santos. Eso dependerá de muchos imponderables. Pero que el señor Benedetti decida en recinto cerrado por todos los colombianos es ciertamente un exabrupto.
Aparentemente los partidarios de la inhabilidad de Vargas Lleras sostienen que la agenda política gira completamente alrededor de los diálogos de paz con las Farc y que el Vicepresidente se ha marginado en apoyar y opinar sobre el tema.
O sea que a Vargas Lleras le están pasando una especie de cuenta de cobro por su silencio con respecto a los diálogos de La Habana. La pregunta es si solo se trata de unos senadores, o si también es el propio Presidente quien está detrás de la movida.
No hay duda que estos senadores le están haciendo el juego a las Farc. Este grupo terrorista ha considerado, de tiempo atrás, que Vargas Lleras es un acérrimo enemigo.
Lo mas curioso en estas discusiones es la forma como Santos y los funcionarios de su gobierno, así como los congresistas que lo apoyan, se refieren a ese galimatías llamado “posconflicto” como si ya fuera una realidad.
Santos dijo hace poco que ojalá en este año se firmara el acuerdo de paz con las Farc. Eso lo viene diciendo desde el primer día en el que anunció el inicio de los diálogos. Y pasa el tiempo, y pasan los años, y nada que se produce la tan anhelada firma.
Dada la experiencia que se tiene de negociaciones anteriores con las Farc, y la lentitud del actual proceso a pesar de las apresuradas declaraciones de Santos que la firma “está a la vuelta de la esquina”, lo mejor es no ensillar antes de tener a la bestia domada.
Pero lo mas chocante es el espíritu anti democrático de la propuesta de Benedetti. Hay que dejar que sea el pueblo el que decida si Vargas Lleras es la persona escogida para después de Santos. Eso dependerá de muchos imponderables. Pero que el señor Benedetti decida en recinto cerrado por todos los colombianos es ciertamente un exabrupto.