Aparentemente fueron descartados de la agenda legislativa de Estados Unidos los acuerdos comerciales que firmó la administración Bush.
Lo único que hay en el ambiente son señales confusas. La administración Obama postergó la votación en el Congreso del TLC de Colombia, dándole prioridad al de Panamá. Ahora resulta que las decisiones sobre el acuerdo con Panamá se han diluido o aplazado, como si se tratara de un tema sin importancia.
Lo de menos fue que el Presidente Obama se comprometiera en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago a superar los obstáculos que impedían el paso de los acuerdos por el Congreso. Lo de más es que nadie se atreve a asumir el liderazgo para impulsarlos, ni en la administración Obama, ni en el Congreso. Alguien comentó que, como están las cosas, “estos acuerdos sólo saldrán adelante cuando se haya logrado la paz mundial y descubierto la cura definitiva para el cáncer.”
El problema de fondo es que ni el Presidente Obama, ni los funcionarios de su gobierno, ni la mitad de los congresistas del Partido Demócrata, creen en el libre comercio. En esas condiciones, todo se dificulta. Según parece, la prioridad actual de Obama es sacar adelante la legislación relacionada con el sistema de salud. Por esa razón, no llevaría al Congreso un tema que divide al Partido Demócrata. Sería introducir un ruido innecesario en su agenda legislativa, la que de verdad desea sacar adelante y que poco o nada tienen que ver con los TLC.
Lo de menos fue que el Presidente Obama se comprometiera en la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago a superar los obstáculos que impedían el paso de los acuerdos por el Congreso. Lo de más es que nadie se atreve a asumir el liderazgo para impulsarlos, ni en la administración Obama, ni en el Congreso. Alguien comentó que, como están las cosas, “estos acuerdos sólo saldrán adelante cuando se haya logrado la paz mundial y descubierto la cura definitiva para el cáncer.”
El problema de fondo es que ni el Presidente Obama, ni los funcionarios de su gobierno, ni la mitad de los congresistas del Partido Demócrata, creen en el libre comercio. En esas condiciones, todo se dificulta. Según parece, la prioridad actual de Obama es sacar adelante la legislación relacionada con el sistema de salud. Por esa razón, no llevaría al Congreso un tema que divide al Partido Demócrata. Sería introducir un ruido innecesario en su agenda legislativa, la que de verdad desea sacar adelante y que poco o nada tienen que ver con los TLC.